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Barcelona

¿Cómo llegaron a coincidir una urna y el presidente Puigdemont?

La gran historia del referéndum del 1 de octubre en Catalunya, que todavía no ha llegado ni de lejos a su capítulo final, ha dejado por el camino pequeñas historias que se irán desvelando con el correr del tiempo. Aquí van un par de ellas.

El cambio de coche de Puigdemont, imagen publicada por el periodista Miquel Sabe en su cuenta de Twitter.
El cambio de coche de Puigdemont, imagen publicada por el periodista Miquel Sabe en su cuenta de Twitter.

El diario ‘Ara’ revela hoy la de las urnas, tan buscadas por las fuerzas policiales españolas, sin ningún éxito. Su primera parada fue Elna, un pequeño pueblo de Catalunya Nord, entre Argeles –tristemente célebre por el campo de concentración de quienes huían del franquismo– y Perpinyà.

Llegaron procedentes de la empresa china Smart Dragon Ballot Expert. Cientos de personas han trabajado durante las últimas semanas para su recepción, custodia y distribución. Y evitando las filtraciones, mientras todos los aparatos de un enorme Estado se afanaban a destajo para interceptar el material.

«En cada localidad había un coordinador del referéndum, que se encargaba de centralizar y dirigir todo el dispositivo en el municipio, y que en el caso de los ayuntamientos independentistas era elegido por el alcalde», revela ‘Ara’.

Los coordinadores se encargaban de contactar con personas de su confianza para que guardasen el material en casa, un comercio, el garaje, el maletero del coche… Las urnas se trajeron en furgonetas para repartirlas pueblo a pueblo.  

Las instrucciones se han dado en su mayoría cara a cara, usando los móviles lo menos posible. Y en ese caso, con aplicaciones más seguras que el popular WhatsApp. En los encuentros personales se apagaban los teléfonos, por si estaban pinchados.

Según indica este rotativo catalán, los implicados ni siquiera han revelado su trabajo a su entorno más cercano. La discrección fue la clave para que las urnas aparecieran este domingo en los colegios electorales.

Cambiazo en el túnel

Por su parte, ‘La Vanguardia’ se hace eco de una información del periodista de TV3 Miquel Sabe, quien asegura que el president Carles Puigdemont cambió de coche en el interior de un túnel para dar esquinazo al helicóptero policial que le vigilaba.

El Estado español estaba decidido a impedir la foto del máximo representante institucional de Catalunya depositando su papeleta, y entró a golpes en su centro electoral habitual, en Sant Julià de Ramis.

Volvieron a fallar. Puigdemont, en una escena que ya se ha visto en muchas películas, entró en un túnel montado en su coche y una vez en el interior cambió de vehículo y se desplazó hasta Cornellà de Terri, donde introdujo su voto con luz y taquígrafos para que todo el mundo pudiera ver la imagen.