El PSE cerró ayer en el Palacio Euskalduna su octavo congreso, una cita sin excesiva transcendencia política y mediática a pesar de la presencia el sábado de Pedro Sánchez, Alfredo Pérez Rubalcaba y Miquel Iceta. En su clausura, la reelegida secretaria general, Idoia Mendia, habló de «un gran congreso».

Mendia reivindicó el sistema autonómico «como uno de los mayores logros políticos de nuestra democracia». «Porque sin Constitución, ni Estatuto hoy no estaríamos donde estamos», defendió.

Partiendo de ese premisa, abogó por «mejorarlo». «Hay que conseguir que dejen de enfrentarse legalidades, que solo consiguen enfrentar sentimientos», añadió Mendia en su defensa del actual marco. Y para ello, el PSE quiere ser quien impulse un nuevo acuerdo sobre autogobierno.

«Un nuevo acuerdo, legal y mayoritario, que reedite ese triple pacto sobre el que se ha construido este país: un pacto entre vascos, el pacto entre territorios y el pacto de Euskadi con el resto de España», expuso quien lidera el PSE desde setiembre de 2014.

Idoia Mendia aseguró que el VIII Congreso del PSE que estaba clausurando «es el de la consolidación de un nuevo tiempo en Euskadi». «Por que el socialismo vasco está consolidando el cambio de ciclo iniciado en 2009, cuando nos pusimos al frente de este país, demostrando que había otra forma de hacer política», el referencia a la llegada a Ajuria Enea de Patxi López gracias a los votos del PP y UPyD, sin olvidar la exclusión de la izquierda abertzale. «Nada ha sido igual después de aquello», enfatizó Mendia, olvidando el peso que ha perdido su partido en el tablero político de la CAV.

Eso sí, ensalzó el valor del actual pacto con el PNV, que calificó de «cuestión estratégica».