La visita de la delegación del Gobierno de Lakua ha llegado a su fin y toca hacer valoraciones. Aunque no fuera objeto de la misma, el tema catalán ha solapado mediáticamente la esencia del viaje.

En la rueda de prensa de valoración ofrecida en un hotel de Ottawa, el lehendakari, Iñigo Urkullu, no ha tenido más opción que hablar sobre la actualidad catalana. Urkullu se ha venido arriba y ha sido más tajante que nunca, con críticas a ambos agentes que protagonizan el conflicto.

«Qué lástima que en el último minuto no se procediera a la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones por parte del president, Carles Puigdemont», ha afirmado quien trató de convencer al president para que convocara a las urnas, para acto seguido añadir que «quizás estaríamos hoy en un escenario diferente».

«Estamos ante el fracaso de la política, por lo tanto también de la vía unilateral, y ante el fracaso también de la interpretación de la Constitución», ha añadido el lehendakari, quien ha avisado: «Se sabe cómo se empieza pero no cómo se termina».

Urkullu ha afirmado estar «preocupado» por el escenario que se ha abierto, por lo que ha apelado a ser «conscientes del riesgo de fractura social. Quizás si se hubieran adoptado las decisiones de otra manera –ha continuado–, las circunstancias no serían las mismas».

Aun y todo, la situación que se vive hoy en Catalunya no complica «para nada» al Gobierno de Lakua sus relaciones con el PP y las negociaciones de los presupuestos: «Nuestro deber es mantener relaciones con quien sea, sin importar quién está al otro lado; nosotros defenderemos nuestros intereses».