Maitane ALDANONDO

La épica de los balleneros vascos, en una innovadora salsa

Tres amantes del picante decidieron suplir las carencias que percibían en este tipo de productos elaborando una salsa a su gusto. Recuperando una tradición marinera crearon Salsa Bastarda, que poco a poco se está haciendo un hueco en el mercado.

A la vista de la escasa oferta de picantes en el mercado, tres amantes de estas salsas, Almudena González, Sergio Vallejo y Carlos Polo, optaron por crear una a su gusto, rescatando algunas recetas marineras. Dicen que el picante no es un sabor, sino un dolor, por lo que la vida dolorosa, aventurera y llena de hazañas de los balleneros vascos fue su fuente de inspiración. Está documentado que estos embarcaban sidra y vegetales para evitar el escorbuto, y tirando del hilo, encontraron evidencia de las «locuras» de la medicina de antaño. «Beber sidra avinagrada con vegetales cuyo mal estado sólo podía eludirse con cayena picante era su Bálsamo de Fierabrás»

Hicieron varias pruebas hasta dar con la receta exacta de su Salsa Bastarda, una actualización de la tradicional. «La original no se trituraba y era muy líquida. Nosotros la trituramos y también la espesamos. Además incorporamos comino en la salsa verde, especia poco común siglos atrás por estos lares». Después, testaron el mercado, para lo que crearon su página web para facilitar la reserva e invirtieron 50€ en publicidad en una conocida red social. En un día tuvieron 100 perdidos y facturaron 1.000€ en reservas. Comprobado el interés, en junio de 2015 crearon la sociedad limitada Salsa Bastarda con sede en Bilbo, pero no empezaron la comercialización hasta finales de ese año.

Ninguno de los tres socios tenía experiencia previa en empresas de alimentación, aunque Polo había montado empresas en el ámbito informático. Han recibido apoyo de Cedemi, Inguralde Barakaldo y BEAZ Bizkaia en el lanzamiento, así como en en el acceso a un pabellón con precios bonificados en El Junqueral (Barakaldo). Sobre su experiencia González concluye que «emprender es muy duro. Hay situaciones límite todos los meses, momentos cercanos al cierre, meses sin cobrar, muchas horas de trabajo y pocas de familia. En general, el 90% de las situaciones son poco gratificantes. Sin embargo, si se superan, trabajar en un negocio estable y propio comienza a dar sus frutos y es muy gratificante. Nosotros no podemos decir eso todavía, pero comenzamos a atisbar el sol tras la tormenta».

Nuevos productos y nuevos mercados

Para conocer el perfil de los consumidores, entregaron en mano los primeros pedidos ellos mismos. «Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando nos dimos cuenta de que mucha gente se sorprendía al ver que la Salsa Bastarda era verde. Esperaban que fuera roja», recuerda González. Enseguida se dieron cuenta de que debían lanzar también una de ese color. Son recetas distintas, pero ambas pican algo menos que el Tabasco. El sabor de la roja es «más familiar», con gusto a vinagre de sidra y a pimiento; mientras que la verde es «más rara» y recuerda al jalapeño. Además han lanzado también el Bonito Bastardo y la Anchoa Picante, que se preparan en Castro Urdiales. Por su parte, las salsas se elaboran en conserveras riojanas con ingredientes provenientes de La Rioja y Nafarroa.

Cuidan mucho la estética de sus productos. Por ejemplo, el envase de la salsa es una petaca de ron decorada con una calavera que lanza fuego por los ojos, porque «un lobo de mar no tenía otro sitio más a mano donde guardar nuestro 'mejunje'» , y en ella reza: «Era el único momento de la travesía en el que podíamos llorar, sin que los demás pensaran que teníamos miedo a la muerte».

Venden esos productos a través de su web Salsabastarda.com, así como en tiendas gourmet-delicatessen y algunas cadenas pequeñas. Sin haber entrado en las grandes superficies venden miles de botellines de salsa al mes. Su mercado se centra en la zona norte del Estado, pero poco a poco van sumando puntos de venta al sur de Madrid. Creen que tiene mucho potencial fuera del Estado y ya han tenido ventas en Portugal, Alemania, un par de restaurantes en Londres y, próximamente, en Suiza. Este es el segundo ejercicio contable completo y esperan una facturación entre un 30% y un 40% sobre el año anterior, alcanzando los 150.000€.

Están contentos con la aceptación de los consumidores y aunque dicen entre bromas que una de sus asignaturas pendientes es tener algún Estrella Michelin que utilice su salsa, tienen el honor de haber sido la salsa picante de los Guns&Roses en el concierto que dieron en Bilbo. «No dejaron ni gota».

Su reto ahora es crecer de forma sostenible y con beneficios, ya que la compañía se autofinancia y de momento no disponen de recursos financieros ajenos para hacerla crecer. Si siguen la senda actual, pronto comenzarán con las contrataciones de personal, entrarán en más mercados extranjeros y, quizás, lancen nuevos productos. «Hay una idea muy loca en la recámara», afirma.