Esta manifestación supone hace años la mayor movilización política anual en Euskal Herria. Su fuerza decreció un tanto tras batir marcas históricas entre 2012 y 2014, cuando llegó a reunir a 130.000 manifestantes según el recuento de GARA tras el veto judicial a una primera convocatoria, pero el año pasado repuntó respecto a 2016 al sumar 78.000 personas. Viene precedida por la movilización del 9 de diciembre en París, promovida por los artesanos de la paz y que llevó a la capital francesa a 11.000 manifestantes.
Aunque el protagonismo principal corresponde a la ciudadanía y también a los familiares de los presos, a la manifestación se suman EH Bildu, sindicatos como ELA, LAB y Steilas, y múltiples colectivos. PNV y Podemos Euskadi no expresan su adhesión (en este último caso por un solo voto de diferencia en la reunión de su dirección), pero comparten las reivindicaciones de la movilización y dejan en manos de sus afiliados y simpatizantes acudir o no a la marcha. La candidatura Aranzadi-Pamplona en Común comunicó ayer que se suma.
En realidad, esta marcha será el colofón a un programa que se inicia a la mañana con una mesa redonda sobre participación civil en resolución de conflictos (11.30, La Bolsa), sigue luego en la carpa del Arenal con actividades lúdicas y propagandísticas, y continúa incluso tras la movilización. Más de 600 voluntarios colaborarán en la organización de los actos a lo largo del día y personas ataviadas con petos amarillos y bolsas con el logo de Sare realizarán la cuestación.
Los portavoces de la red ciudadana animaron a la ciudadanía en una rueda de prensa el pasado miércoles a acercarse a Bilbo y «demostrar que la sociedad civil está dispuesta a dar pasos en conjunto para avanzar en la resolución y la paz». También rogaron que no se utilice la manifestación para pedir dinero con otros fines.
La manifestación partirá a las 17.30 de La Casilla y, tras el recorrido habiitual por Autonomía y Hurtado Amezaga, concluirá en el Ayuntamiento de Bilbo.