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El comité de KSS de Orkoien pide un plan que consolide la plantilla a largo plazo

El presidente del comité de empresa de KSS de Orkoien, Fernando Salvatierra, ha pedido a la dirección de la multinacional Kayaba un «verdadero» plan industrial que permita consolidar la planta a diez años vista, así como un plan de jubilaciones como alternativa al ERE que actualmente plantea la empresa.

Imagen de una protesta de los trabajadores de Kayaba en 2012. (Jagoba MANTEROLA/ARGAZKI PRESS)
Imagen de una protesta de los trabajadores de Kayaba en 2012. (Jagoba MANTEROLA/ARGAZKI PRESS)

Así lo ha manifestado en rueda de prensa, acompañado por el secretario general de la Federación de Industria de CCOO, Josema Romeo; el secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT en Nafarroa, Lorenzo Ríos; y seis de los nueve delegados que constituyen el comité de empresa.

La dirección de la empresa Kayaba Steering Spain (KSS) ha comunicado a los trabajadores que abre formalmente el proceso para un expediente de regulación de empleo para un centenar de trabajadores de la planta ubicada en Orkoien, que emplea a 227 personas y donde se producen bombas hidráulicas para automoción.

«Exigimos que la multinacional ponga encima de la mesa un verdadero plan industrial. Lo que significa inversiones, nuevos productos y carga de trabajo; que permita consolidar la planta, hacerla competitiva y situarla en una posición de crecimiento a largo plazo», ha dicho Salvatierra.

Una vez presentado dicho plan, el comité estaría dispuesto a «negociar los ajustes de plantilla que sean necesarios, así como un tratamiento justo a los trabajadores que tengan que dejar la planta».

Salvatierra ha recordado que el pasado 19 de enero, «incumpliendo una vez más el compromiso adquirido con la plantilla», la multinacional puso encima de la mesa una propuesta de despido colectivo para 101 trabajadores.

Tras apostar por «abordar el ERE con medidas no traumáticas», ha indicado que hasta el próximo 7 de febrero está abierto el plazo de captación de voluntarios para salir de KSS «con una cantidad económica prácticamente de despido improcedente y una posible recolocación a través de una empresa externa», entre otras medidas.

A pesar de ello, ha incidido en la importancia de poner en marcha un plan de jubilaciones tanto para el presente como de cara a futuro.

«Desconocemos si el plan industrial dará estabilidad a la plantilla resultante de este proceso o, por el contrario, tal como nos traslada la dirección local, podríamos enfrentarnos a nuevos ERES de extinción por nuevas caídas o no entrada de proyectos de bomba hidráulica», ha aclarado.

Por su parte, el secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT en Nafarroa, Lorenzo Ríos, ha lamentado que «con las bajas voluntarias y el plan de prejubilación, este problema podría estar resuelto».

Además, ha asegurado que el comité no busca «que se debiliten» otras plantas del grupo en el herrialde ni que «se transfiera» el problema de KSS a otras plantas navarras del grupo Kayaba. «Queremos una solución propia y autónoma para KSS, que sea compatible con la estabilidad y el crecimiento del resto de las plantas del grupo», ha reivindicado.

Asimismo, ha garantizado que los representantes de los trabajadores negociarán «de buena fe» en la búsqueda de «medidas no traumáticas» para abordar este expediente, pero que «si se descompone o quebranta este compromiso de presentar un plan industrial que realmente dé futuro a la planta», elevarán el conflicto al ámbito judicial.

«Si alguien intenta barrenar, conculcar o romper ese compromiso en el futuro, pasaremos de una negociación de buena fe, como siempre hacemos, al ámbito judicial, a defender los intereses de estos trabajadores donde tengamos que hacerlo», ha zanjado.

El anuncio de este nuevo ERE llega después de diversos procesos de similares características desde 2012, año en que se procedió a la extinción de 37 contratos «en un proceso duro y traumático que finalizó sin acuerdo».

Entre 2013 y 2015, se firmó un convenio «que implicaba sacrificios salariales y sociales para la plantilla a cambio del compromiso de la dirección de la multinacional de dotar a la planta de un plan industrial».

Tras la propuesta de despido de 100 personas en mayo de 2017, se acordó un aplazamiento mediante la aplicación de un ERE suspensivo. «El grupo Kayaba ha incumplido los acuerdos firmados con los sindicatos aquí presentes, y lo que es peor, con una plantilla que en ningún momento ha fallado a la palabra dada», lamentaba Salvatierra.