El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) aborda estos días en sus pasillos una revisión de la obra de Joan Brossa, poeta en el sentido más amplio de la palabra, contemporáneo de Joan Miró y Antoni Tàpies. Una exposición algo laberíntica que muestra las costuras de la poesía descosidas por Brossa, un paseo más que apropiado para días precisamente laberínticos como estos. «Yo toco una tierra bien humana», escribe en el poema “La Guerra”, y a este cronista se le antoja que puede hacer de banda sonora para las líneas que siguen.
Tras el desconcertante pleno de investidura, ayer se preveía una jornada de impasse e incertidumbre en Catalunya, pero el día quedó rápidamente marcado por la bomba lanzada en Telecinco: los mensajes que Carles Puigdemont envió el martes al también diputado exiliado Toni Comín, de ERC, lamentando el paso atrás del presidente del Parlament, Roger Torrent. La cadena explicó que se las «robó» a Comín mientras este consultaba su móvil y tanto él como Puigdemont confirmaron su veracidad al anunciar sendas querellas contra el medio de comunicación al ver violada su privacidad. Pero una cosa es la deontología y otra el código penal, y hasta el abogado de Puigdemont reconoció el escaso recorrido judicial de la denuncia.
Pese al triunfalismo unionista –la periodista de la exclusiva, Ana Rosa Quintana, aseguró que serviría para «salvar a España»–, los mensajes no aportan gran información política más allá de reflejar el estado de ánimo de un Puigdemont que pensaba que, de una manera u otra, efectiva o simbólicamente, el martes sería restituido en el cargo. «Los nuestros nos han sacrificado, al menos a mí», se lamenta. «No sé lo que me queda de vida (¡espero que mucha!). Pero la dedicaré a poner en orden estos dos años y a proteger mi reputación. Me han hecho mucho daño, con calumnias, rumores, mentiras, que he aguantado por un objetivo común», sigue.
Posteriormente, a través de las redes sociales, Puigdemont se explicó con cierta sinceridad: «Soy humano y hay momentos en los que también dudo». Y sobre todo, se reivindicó: «También soy el President y no me arrugaré ni retrocederé, por respeto, agradecimiento y compromiso con los ciudadanos y el país. ¡Seguimos!».
Descifrar la partitura
Sin embargo, hay un mensaje de los filtrados ayer que da pie a diversas interpretaciones y que trajo más cola: «El plan Moncloa triunfa. Solo espero que sea verdad que gracias a eso puedan salir de la prisión todos. Porque si no, el ridículo es histórico». Recuperemos a Brossa: «Estos versos, como una partitura, no son más que un conjunto de signos para descifrar. El lector del poema es un ejecutante».
Hay quien quiso ver en las palabras de Puigdemont una negociación entre algunos sectores del independentismo y el Estado para trucar la liberación de los presos a cambio de renunciar a la investidura de Puigdemont. Imposible saber si existe una negociación que el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, se apresuró a negar. Eso sí, ese «el plan Moncloa triunfa» sirvió al PP para desfilar triunfante por todos los platós que pudo durante todo el día.
Con todo, más allá del ruido, las incógnitas siguen dominando el panorama catalán, a la espera ahora de que el Parlament concrete nuevas fechas y el indepentismo recomponga cierta unidad de acción. Ayer aseguraron que están en ello.
El TS podría inhabilitar a líderes independentistas antes del juicio
El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena podría inhabilitar a Carles Puigdemont y el resto de cargos independentistas acusados de rebelión antes incluso de dictar sentencia. Lo haría a través de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que permite adoptar esta decisión contra quienes ocupen cargos públicos siempre que se haya dictado auto de procesamiento en los casos en que el investigado se halle en prisión provisional acusado de los delitos de terrorismo o rebelión, según adelantaba ayer el diario “El País”. Esta vía podría servir, por tanto, para poner freno a la carrera institucional al candidato a president así como a los exconsellers en el exilio, y al resto de miembros del Govern encausados, antes incluso de que sean enjuiciados.
“El País” también se refería a una posible fecha para la decisión de Llarena, que podría llegar a finales de marzo. Apuntó, asimismo, que todos ellos serán probablemente procesados por malversación, sedición y rebelión. En concreto, es el artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal el que establece que «firme un auto de procesamiento y decretada la prisión provisional por delito cometido por persona integrada o relacionada con bandas armadas o individuos terroristas o rebeldes, el procesado que estuviere ostentando función o cargo público quedará automáticamente suspendido en el ejercicio del mismo mientras dure la situación de prisión».
Dada la situación de impasse en la que se encuentra el arranque de la legislatura, con la investidura pospuesta y desencuentros manifiestos en las filas independentistas, de no lograrse un acuerdo antes de la decisión de Llarena las opciones de los dirigentes encausadas se verían todavía más reducidas en el marco legal español.GARA