En una entrevista a Radio Euskadi, Arnaldo Otegi ha indicado, ante la «euforia por parte de los sectores unionistas» tras los mensajes filtrados de Carles Puigdemont, que no tienen un problema con el president o con determinados sectores políticos, sino «con los 2,1 millones de catalanes que quieren proclamar la República».
A su juicio, estos sectores unionistas «no saben ganar y no saben perder» y, en este sentido, ha señalado que «parece que todo el mundo olvida que hubo unas elecciones, con un índice de participación del 80% en Catalunya y que los ganó el independentismo».
El líder de la coalición abertzale ha destacado que en Catalunya hay «un proceso popular de sostenimiento permanente del proyecto de la República catalana que ha ganado las elecciones». «Lo cierto y real es que hay un señor que se llama Puigdemont que tiene 70 parlamentarios dispuestos a nombrarle presidente, eso no se cambia por unos WhatsApps», ha añadido.
Otegi cree que los partidos independentistas tienen que «ponerse de acuerdo y medir qué es lo más conveniente para ellos» y considera que están «en ese debate». El coordinador de EH Bildu, que ha afirmado que «siempre» estarán con Catalunya, espera que los independentistas catalanes estén «a la altura de estos 2,1 millones de ciudadanos que les exigen que se pongan de acuerdo» en una hoja de ruta. «Yo espero que esa hoja de ruta se vaya a concretar y los días de vino y rosas que hoy celebran los unionistas les van a durar poco», ha señalado.
Preguntado por lo que debería hacer el independentismo catalán, Arnaldo Otegi ha indicado que en Europa se puede hacer un proceso democrático pacífico que aborde los problemas de la gente. Otegi ha enumerado los problemas para su materialización y, en este sentido, ha señalado que deben ser conscientes que existen tres, uno de ellos que no han alcanzado mas del 50% del apoyo popular, y, además, ha manifestado que hay un «problema añadido», y es que, «en estos procesos, lo fundamental no es solo proclamar la República, sino quién manda al día siguiente en el territorio».
En relación a esta cuestión, ha asegurado que es ´evidente» que el Estado «tiene fuerza suficiente para seguir confrontado al territorio». Una tercer problema es que no han obtenido el reconocimiento internacional, aunque ha precisado que, en este tipo de procesos, «normalmente nunca viene al principio, suele venir normalmente más al final».