Nagore BELASTEGI

El salón de las labores que alegran la vida y despiertan la mente

Si al pensar en las manualidades creemos qu son cosas de niños, estamos muy equivocadas. Lo fabricado a mano está en alza en estos tiempos, más aún si son cosas hechas por una misma. El XII Salón Tendencias Creativas te ofrece todo lo necesario para convertirte en un manitas. La habilidadd para lograrlo ya es cosa tuya.

No hace falta ser un manitas para disfrutar de las manualidades hechas con mimo. Por eso, el Salón de Tendencias Creativas, que cumple este año su 12ª edición, no está dirigido solo a aquellas personas que tienen un don. Con más o menos gracia, todo el mundo puede aprovecharse de algún elemento que ofrece esta feria colocada en el BEC de Barakaldo. Arrancó ayer y se prolongará hasta el domingo. Participan en ella hasta 115 empresas y los asistentes podrán participar en innumerables talleres gratuitos y otros más profundos de pago.

Entre tantos términos anglosajones como honeycomb –la decoración personalizada con forma de panal de abeja–, decopatch –adornar muebles y figuras con papeles de colores–, scrapbooking –realizar cuadernos y álbumes personalizados–, destaca una labor que ya estaba de moda en tiempo de nuestras abuelas: el patchwork.

De las colchas y tapices realizados a base de trozos de tela de colores se ha pasado a muñecas, bolsos o marcos de fotos. «Muchas labores terminan resurgiendo porque la gente busca tener cosas originales. Ha vuelto el DIY (do it yourself o hazlo tú mismo). Yo siempre busco que sean cosas diferentes a lo que llevan los demás porque sé que va a ser único», nos comenta Verónica Moreno, del estand de L'atelier Bernapatch. Ella viene de Granada, donde tiene una tienda taller. También tienen una tienda online, pero este tipo de ferias le ayudan a dar a conocer su producto porque a las clientas «les gusta tocar», como comenta sonriente.

Venden kits en los que se incluyen los materiales, los patrones y las instrucciones para realizar bolsos, mantas, adornos y muñecas en estilo patchwork. También venden solo patrones. En cualquier caso, todos son diseños realizados por ella y su compañera.

También se dedica al patchwork María José Solsona, de Fil da Fada, una tienda valenciana. Para ella se trata de «labores inteligentes que nos ayudan a mantener la mente despierta porque hay que calcular. Es una labor de geometría. Tienen color y alegran la vida», menciona asegurando que «hay muchos que lo usan como terapia» porque «proporciona placer y bienestar».

En cuanto a los estilos, realizan muñecas, bordado, tradicional o modern quilt guild. Este último lo elige más la gente joven y lo que hace es reinventar los bloques del patchwork tradicional. También venden bolsos ya hechos y en sus talleres enseñan a fabricarlos. «No son fáciles de hacer pero no son de Zara. Yo elijo cómo quiero que sean. No voy siempre igual, son personales», explica haciendo hincapié en que el mundo de las manualidades «es una forma de vida» pues «te hace moverte, viajar, hablar con otras quilters… ves otras realidades y compartes información. Se traban verdaderas amistades».

«Imanes» para el público

Uno de los puestos que causan más revuelo es el de Tidacoly Colores del Mundo, que ofrece telas enceradas de Senegal por metros. También tiene labores ya hechas, pero los llamativos colores de los propios retales hacen volar la imaginación de las asistentes. «Mira esto, qué bonito para una falda», decía una. «Y aquel para una cartera», respondía su amiga. También se fijaron en la cinta que una de las dependientas llevaba enrollada en la cabeza.

Elegimos dos telas; una morada y azul, que varias personas miran deseando que sobre un poco, y la otra naranja y amarilla. «Esta es mi preferida. Me la ha mandado mi mami», dice sonriente la otra tendera vestida con una colorida sudadera.

En el pasillo de atrás está el puesto de Sart Malicor, que presenta a bombo y platillo el cristoline, un material de aspecto similar al plástico. Tras anunciar que es francés y que su explicación no sería del todo correcta en castellano, se dispone a realizar una demostración de cómo utilizar ese material para hacer desde adornos colgantes a jarrones.

«Es un nuevo material hecho de minerales y plantas, natural y no tóxico. Viene en polvo y se vuelve líquido en el microondas, sin necesidad de agua –explica–, se puede poner en moldes, como de pastelería, porque no hace burbujas. También en botellas de plástico, solo un poco, se extiende por todo el interior y luego se corta la botella. Et voilà! Y si se pone sobre un papel, como de revista o periódico, se transfiere el color. También se puede pintar con pigmentos en polvo. Y si no nos gusta o nos aburrimos, se puede reutilizar infinitamente», asegura.

En otro pasillo, las chicas de Coklat-Ibiza «cazan» a todas las mujeres con larga melena que podían. Ellas venden tridentes para el pelo realizados a mano desde hace veinte años, con metal, piedras, esmaltado y tallado. La demostración es sencilla pero efectiva. Con un poco de práctica es fácil colocarse el adorno en el cabello.

Uñas solidarias

Al fondo del recinto, el olor a gofres y crepes atrae a los estómagos hambrientos. Junto a una foodtruck, lo que parecía ser otro puesto de comida es una caravana de uñas. Pati Yanez y sus compañeras de Art Nails Company, de Barakaldo, realizan cada año una maratón solidaria de uñas. El dinero recaudado lo donan a la investigación para hacer frente al cáncer de mama. Realizan este evento cada año, coincida o no con una feria. En esta ocasión estarán hasta el domingo realizando esmaltados semipermanentes a 19 euros, como nos explica la maquilladora Anabel Larrauli.

Mientras realiza una manicura, Yanez nos cuenta que, además, su salón es «la única clínica de uñas de Europa en la que ayudan a sanar cualquier problema ungular».

Al tiempo que realizan el evento solidario, la feria les sirve para promocionar su centro y la caravana misma, que utilizan para acudir a fiestas infantiles o despedidas de soltera: «si es para niños, llevamos chuches; y si es una despedida, llevamos champán», precisan.

Con un poco de ayuda

Como hemos comentado, esta feria no es solo atractiva para quienes ya son buenas en las manualidades. Cualquiera puede comprar infinidad de cosas ya elaboradadas, pero esto resulta más caro, por el esfuerzo invertido por el artesano, y es menos satisfactorio. Así que, junto a los kits que ya incluyen todo lo necesario para poder sentirnos orgullosas de nuestras creaciones, en Tendencias Creativas hay talleres de todo tipo: tartas de fondant, grabado de cuero, crochet...

Además, la mayoría de los puestos dan la oportunidad de diseñar nuestros propios accesorios a medida. Por ejemplo, Unaday ofrece relojes hechos a mano con la pulsera de tela a 16 euros, pero también vende los relojes y la tela aparte, a 8 y 2,50 euros respectivamente. Stampam ofrece palabras de madera para decorar una pared o, por qué no, la puerta de casa. De procedencia catalana, proponen palabras «en tu lengua» y a Bilbo han traido un puñado de ellas en euskara. Son de madera y se pueden pintar prácticamente con cualquier pintura, aunque en el puesto venden unas especiales. Varios estands tienen adornos de resina ya con dibujo o transparentes que se pueden colocar sobre un llavero, unos pendientes o un colgante. ¡Viva la creatividad!