El exiliado vizcaino llevaba diez meses de arresto domiciliario y con una pulsera telemática, a la espera de que se resolviese la petición del Ejecutivo de Madrid. Ambas medidas cautelares ya han sido anuladas.
«La decisión del Tribunal Supremo de Brasil supone un nuevo revés para el Gobierno español en tribunales donde no puede amañar el resultado pretendido, un nuevo golpe a la lógica de persecución, represion y venganza judicial contra el colectivo de refugiados políticos vascos», ha manifestado Mikel Korta, del área de personas exiliadas y deportadas de la dinámica Kalera Kalera.
«Queda claro que la lógica de enseñamiento y venganza tiene cada vez menos receptividad fuera de las fronteras españolas. Ya ocurrió antes con Nekane Txapartegi en Suiza», ha recordado.
Kalera Kalera ha subrayado que en este caso «vuelven a aparecer los mismos elementos que se repiten sistemáticamente contra los exiliados y deportados políticos vascos; la tortura y la utilización torticera y maliciosa de la prescripción», ya que las acusaciones contra Vizan se sustentaban «en las declaraciones policiales de tres personas arrancadas mediante la tortura».
Este organismo puntualiza que, si bien el basauriarra ha quedado en libertad en Brasil, «sigue siendo un exiliado político vasco que no puede volver a su tierra debido a la obsesión represora y vengativa de un Gobierno que retuerce sus leyes para buscar sus objetivos políticos y ni siquiera respeta la jurisprudencia de sus propios tribunales».