Isidro ESNAOLA

AUMENTA EL INTERÉS DE LOS BANCOS POR LAS CRIPTOMONEDAS

El bitcóin ha pasado de ser un entretenimiento de un reducido grupo de entusiastas a estar en el centro de grandes movimientos especulativos que, posiblemente, respondan al interés de los grandes bancos por la tecnología en las que se basan estas monedas.

H asta hace bien poco el bitcóin, una moneda digital creada en 2009 por un desconocido Satoshi Nakamoto, apenas interesaba a nadie y ahora hasta la presidenta del banco Santander, Ana Botín, se lanza a escribir un artículo en las redes sociales sobre el tema (goo.gl/iKNwxv). Tal vez haya sido este interés de los grandes bancos el que ha desatado la espiral especulativa que ha inflado y desinflado el valor del bitcóin los últimos meses.

En su artículo, la presidenta del Santander coquetea con las ideas del libertarismo y la contracultura norteamericana que considera que inspiraron esta tecnología, pero termina subrayando que, a pesar de todo, se necesita cierta regulación estatal. Una digresión para introducir lo que realmente le interesa: un proyecto que está desarrollando un consorcio liderado por UBS y formado por once bancos, entre los que está el Santander, y un proveedor de servicios tecnológicos, la empresa Clearmatics. El proyecto en cuestión se llama Utility Settlement Coin Project y busca crear una plataforma segura de cobros y pagos utilizando la tecnología de las monedas virtuales.

La base de esta tecnología es el blockchain o cadena de bloques que permite guardar datos de manera segura y descentralizada. La aplicación se pensó para realizar pagos seguros entre personas individuales sin que hubiera un notario exterior que validara la operación. En esencia, los datos u operaciones se validan mediante una prueba abierta y transparente y, después, se introducen en una cadena que ya no puede modificarse.

Dicha tecnología sirve para el pago con monedas pero también para guardar todo tipo de registros. En las elecciones rusas del 18 de marzo, por ejemplo, se usará para guardar los datos de las encuestas realizadas a la salida de las urnas.

En la actualidad el uso más extendido de la tecnología de cadenas de bloques es el de la Oferta Inicial de Monedas (ICO por sus siglas en inglés), una especie de crowdfunding que utilizan las empresas para lograr fondos directamente sin tener que cumplir las normas estrictas que se exigen a una Oferta Pública Inicial (IPO), lo que también da lugar a que haya muchas operaciones fraudulentas. Con todo, el proyecto de este consorcio tiene otros fines mucho más ambiciosos.

Plataforma de pagos

Según un informe de la consultora TABB Group Utility Settlement Coin Project busca crear una infraestructura de mercado para realizar pagos al por mayor con criptomonedas. Necesariamente se tienen que usar monedas digitales para poder utilizar la tecnología de contabilidad distribuida propia de estas monedas. Este dinero digital tiene un problema de conversión a efectivo bancario, por lo que los impulsores del proyecto pretenden que las transacciones estén garantizadas al 100% por dinero de los bancos centrales. La conversión con la moneda emitida por el banco central sería 1:1. De esta forma los bancos centrales podrían crear la divisa digital a la que tantos informes han dedicado los últimos tiempos. La forma de consorcio público que han dado al proyecto también parece pensada para ofrecer una plataforma a esa posible divisa virtual del los bancos centrales.

Esta plataforma sería el sustituto de los sistemas que se usan en la actualidad para realizar la liquidación bruta de operaciones financieras (RTGS por sus siglas en inglés). La nueva plataforma proporcionaría importantes beneficios, especialmente a los grandes bancos que son operadores globales. Les permitiría, por ejemplo, validar las operaciones de efectivo el mismo día, incluso en el caso de que intervengan diferentes divisas en el mismo intercambio.

Además, esta moneda virtual se podría usar en transacciones de seguridad del tipo entrega contra pago. Si los bancos centrales participaran se minimizaría el riesgo del dinero comercial virtual por estar al 100% avalado por dinero de los bancos centrales. Este sistema ahorraría a los intermediarios financieros la necesidad de mantener grandes depósitos no operativos como garantía de las operaciones de sus clientes, permitiéndoles cumplir con más holgura los criterios de capital de Basilea III.

Si la plataforma se pone en marcha revolucionará toda la infraestructura de los mercados de capitales mundiales, de ahí el interés de los grandes bancos en su desarrollo. Al parecer, el proyecto está actualmente en fase III y posiblemente al final de este año se lleven a cabo las primeras pruebas.