«Nunca me involucré en la empresa, ni de forma previa, ni antes, ni después; ni intermedié con ninguna entidad pública para que le adjudicarán contratos», ha afirmado el exjefe de Calidad del Hospital de Cruces José Carlos Margüello en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Bizkaia por delitos de «prevaricación, malversación, fraudes ilegales contra la administración pública y negociaciones prohibidas a funcionarios públicos».
Junto a Margüello también están acusados María Nieves Fernández, considerada testaferro tanto de la empresa citada como de Rehabilidom, también vinculada a Margüello; el responsable territorial de Bizkaia en esa época, José Ramón Elorriaga, y el exviceconsejero de Sanidad Rafael Cerdán.
La Fiscalía considera que se cometieron irregularidades en esas adjudicaciones que supusieron una pérdida de 6,8 millones de euros a las arcas públicas y pide para los tres primeros penas de 11 años de cárcel, y 6,5 años para Cerdán, mientras que Lakua, que también está personado, solo reclama que se restablezca al Ejecutivo lo que se considere en la sentencia.
La petición de la Fiscalía es de 11 años de prisión para tres de los acusados y 6 y medio para el cuarto, al considerar que todos ellos prevaricaron para presuntamente beneficiar con contratos de Osakidetza a empresas que estaban vinculadas al exjefe de Calidad del Hospital de Cruces, José Carlos Margüello. En su escrito, la Fiscalía acusa a esas cuatro personas de delitos de prevaricación en concurso medial con un delito de malversación, fraudes ilegales contra la Administración pública y un delito de negociaciones y actividades prohibidas a funcionarios públicos, ya que habrían cometido irregularidades en las contrataciones de servicios por un importe total de 6,8 millones de euros.
En su declaración, Margüello ha mantenido que aceptó entrar en la empresa Gestión de Sevicios Sanitaros XXI por «amistad y apoyo» a María Nieves Fernández, y ha añadido «nunca» estuvo en el día a día de la empresa, ni cobró de esa sociedad, ni hizo gestiones «formales o informales» para que la administración sanitaria le adjudicase contratos. Sobre el hecho de que firmó un contrato en nombre de esa empresa con un clínica privada, ha explicado que se debió «únicamente» a que María Nieves Fernández estaba de viaje en ese momento, y ha asegurado que no intervino en nada más relacionado con esa sociedad.
Ha afirmado también que es amigo personal del entonces consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, y ha mantenido que no habló con él sobre la creación de esta empresa.
María Nieves Fernández, por su parte, ha sostenido la misma versión que Margüello y ha asegurado que ella gestionaba la empresa, cuyo objetivo era aligerar las listas de espera de la red pública. Su trabajo consistía en derivar esos pacientes a una clínica privada, con la que había firmado el convenio Margüello, y a un cuadro médico, que ella había conseguido formar entre profesionales de la propia red pública y también de la privada.
Precisamente, una de las preguntas formuladas al responsable territorial de Bizkaia, José Ramón Elorriaga, ha sido por qué no se optó por hacer la concertación «directamente» con la clínica, sin necesidad de intermediario, a lo que ha contestado que en este caso no se podía por un asunto de mutuas. Según Elorriaga, al contratar a Gestión de Servicios Sanitarios XXI «se aprovechó una oportunidad que no se da todos los días", porque se encargó "de la difícil labor de conseguir profesionales que trabajaran en un clínica que en aquel momento era de las mejor dotadas de Bizkaia».
Cerdán, por su parte, ha explicado que recibió una propuesta de Elorriaga para aliviar las listas de espera mediante la contratación de una empresa y que tras realizar unas consultas con los técnicos del departamento no se vio ninguna objeción y la firmó. «No me planteé contratar directamente con la clínica, porque Elorriaga era una persona de mi confianza y me dijo que solo era posible a través de aquella empresa», ha explicado.