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GASTEIZ

El preso acusado de agresión sexual a una menor en Santurtzi falleció por causas naturales

El consejero de Salud, Jon Darpón, ha informado en el Parlamento de Gasteiz de que el preso fallecido el pasado 24 de enero en la cárcel de Basauri, donde ingresó acusado de agredir sexualmente a una menor en Santurtzi, murió por causas naturales.

Jon Darpón ha comparecido en la Comisión de Salud del Parlamento. (IREKIA)
Jon Darpón ha comparecido en la Comisión de Salud del Parlamento. (IREKIA)

Darpón ha comparecido en la Comisión de Salud del Parlamento de Gasteiz, a petición de Elkarrekin Podemos, para informar sobre la muerte el pasado 24 de enero de un preso en la cárcel de Basauri.

El parlamentario de Elkarrekin Podemos Juan Luis Uria ha explicado que el fallecido, en prisión bajo la acusación de abusar de una menor en Santurtzi, ingresó en la cárcel Basauri el 21 de enero y tres días después murió por causas naturales, según informó Instituciones Penitenciarias.

Uria ha afirmado que existe poca transparencia sobre este tipo de hechos y ha defendido que «una gestión vasca de las prisiones debería implicar un marco ético y legal de los derechos humanos para abordar estos hechos con más agilidad, transparencia, sensibilidad democrática y más transparencia».

El titular de Salud ha explicado que la solicitud de comparecencia le sorprendió porque se le ha preguntado por una muerte natural, atendida por los servicios médicos de Osakidetza, ya que «el personal sanitario que atiende a los centros de instituciones penitenciarias dentro de la CAV es a todos los efectos, personal sanitario de Osakidetza».

«Para nosotros, las personas privadas de libertad ingresadas en cualquiera de los tres centros de la Comunidad Autónoma vasca, son personas privadas de libertad pero no de la salud, y por tanto, merecen una asistencia en igualdad con la cobertura de todos los programas asistenciales que el resto de la población», ha defendido.

Darpón ha rechazado entrar en las causas por las que el preso estaba en prisión porque «se trata de una persona que no está condenada sino que era un preso preventivo que merece la presunción de inocencia» y tampoco ha querido dar a conocer sus datos personales o de salud, aunque ha explicado que fue atendido por Osakidetza en el centro penitenciario de Basauri así como por los servicios de emergencia del 112, y ambos consideraron que se trataba de una muerte natural. «No nos consta que se haya considerado otra causa», ha insistido.

Integrada en Osakidetza

El consejero ha recordado la que transferencia de la sanidad penitenciaria al Gobierno de Lakua tuvo lugar en el año 2011 y ha afirmado que en la actualidad, su integración en Osakidetza es «una realidad consolidada que ha permitido ofrecer a las personas privadas de libertad la misma atención de calidad que al resto de la ciudadanía vasca».

Asimismo, ha reclamado la transferencia del conjunto de las instituciones penitenciarias al Gobierno de Lakua, ya que considera que «una gestión más cercana de las prisiones permitiría una mejora de las mismas, como así se ha producido con la sanidad penitenciaria» y ha recordado que esta transferencia está recogida en el Estatuto.

Por otro lado, el doctor Antonio Arraiza, responsable del Plan del Sida y otras enfermedades de transmisión sexual y también de la sanidad penitenciaria de la CAV ha informado de que los datos recogidos en febrero de 2018, indican que Bizkaia, Gipuzkoa y Araba hay 1.266 presos de los que el 90% son hombres y el 30% son extranjeros.

En este sentido, ha indicado que el número de veces que los profesionales de la salud atendieron a personas privadas de libertad en 2017 ascienden a 58.028 asistencias, de las que la mayor parte –30.800– corresponden a la atención por parte de médicos.

Respecto al número de profesionales sanitarios –sin incluir la atención de salud mental– son más de 40 profesionales, de los que 13 son médicos –tres de Basauri, tres en Martutene y siete en Zaballa–.

Por último, ha destacado que la sanidad penitenciaria tiene «especificidades propias» como el hecho de que existe una mayor prevalencia de la enfermedad mental, que afecta hasta un 50% de los internos, y de enfermedades transmisibles como el VIH, la hepatitis B y C, y la tuberculosis. También ha destacado que la población privada de libertad presenta una mayor prevalencia de adicciones y trastornos por uso de sustancias tóxicas.