GARA
BRUSELAS

Más gasto tras el Brexit pero menos ayudas directas, y condicionadas

La Comisión de Bruselas apostó por un presupuesto al alza tras el Brexit, pero con recortes que auguran duras controversias en partidas emblemáticas como la Política Agraria Común (PAC) y los Fondos de Cohesión. Más aún, propone vincularlos con el respeto a los «valores europeos», con la vista puesta en la deriva de los países del este europeo.

La Comisión Europea (CE) presentó ayer una propuesta de presupuesto plurianual para el periodo 2021-2027, en la que propone elevarlo al 1,11 % de la renta nacional bruta conjunta, frente al 1,03 % actual. Todo ello pese a la pérdida de la contribución británica, valorada en unos 15.000 millones de euros anuales después de 2020, último año de aporte de Londres a las arcas comunitarias tras su salida (Brexit) en marzo del año anterior.

El proyecto presupuestario incluye sin embargo recortes en la financiación tanto de la Política Agraria Común (PAC) como en los Fondos de Cohesión, partidas emblemáticas que se llevan respectivamente un 37% y un 35% del presupuesto,

Recortes «moderados, y de aproximadamente un 5% en ambos casos», anunció el presidente de la Comisión de Bruselas, Jean-Claude Juncker, quien al presentar su propuesta de «cuadro financiero plurianual» ante los eurodiputados en Bruselas, defendió sus presupuestos calificándolos como «ambiciosos pero equilibrados y justos para todos».

Nuevas prioridades

Por contra, Bruselas justifica el incremento presupuestario (de los 1,083 billones que se presupuestaron en el marco 2014-2020 a la propuesta de 1,279 billones de euros) por las «nuevas prioridades» de la Europa de los Veintisiete, como el control de las fronteras y inmigración, acción exterior, gastos militares y de seguridad. Todas estas partidas, junto con investigación y desarrollo, economía digital, y Erasmus, serán incrementadas

Tanto Holanda como Austria y Dinamarca han salido al paso del incremento de un presupuesto «que debería ser más pequeño tras el Brexit». Un presupuesto, en cualquier caso, que no supera ni superará el 2% del gasto público de todos los países de la UE. El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen. criticó que «han presentado un presupuesto de la UE del tamaño de 28 países, pero somos solo 27 para financiarlo».

Por contra, el Estado francés, que junto a Alemania (por efecto de la Gran Coalición con el SPD) defiende más presupuesto para la Unión, salió al paso de los recortes en la PAC, de la que ha sido y es uno de los principales beneficiarios (sin olvidar al Estado español), denunciando que «es inaceptable que en un presupuesto en expansión haya recortes tan importantes en ayudas directas».

Polonia y Hungría

Sin duda, la principal innovación es la que vincula la entrega de fondos europeos al respeto del «estado de derecho».

Así, al recorte de los Fondos de Cohesión, que afectará sobre todo a los países del este. se suma este mecanismo de presión, que tiene la vista puesta, sin nombrarlos, en la deriva tanto de Hungría como de Polonia. «No aceptaremos mecanismos arbitrarios que hagan de la gestión de los fondos un instrumento de presión política a demanda», ha advertido Varsovia.

Bruselas pretende además que esa eventual retirada de fondos solo sea rechazada por mayoría cualificada inversa, lo que impediría un veto del Grupo de Visegrado.

Hungría ya ha advertido que rechazará este proyecto de presupuestos, que debe ser aprobado por unanimidad. Se abre pues un largo período de duras negociaciones, con la vista puesta en las europeas de mayo de 2019 o más allá.