Está llamada a ser una de las animadoras de este Mundial. Mucha calidad individual, pero Bélgica debe demostrar ser un colectivo.

Victoria solvente ante Panamá, Bélgica no es favorita para el título, pero ¿es hora ya de esperar mucho de ella?

Es el momento de Bélgica, sin duda. Es ahora o nunca, los propios jugadores lo reconocen. Hay presión de la hinchada sobre ellos, que tras el Mundial de Brasil y la Eurocopa de Francia, saben que esta puede ser la última oportunidad de su país para hacer algo grande con esta generación. Los jugadores belgas están en el punto máximo de su madurez y muchos en el mejor momento de su carrera. Es cierto que no es favorita, claro. Hazard, por ejemplo, ha hablado que hay países muchos mejores: Brasil, Alemania, España... Son países más grandes y con más cultura ganadora... Sin embargo, Bélgica tiene el talento y, bueno, a partir de la fase de grupos todo puede pasar.

¿Qué le está aportando Roberto Martínez a este combinado de excelentes jugadores?

De momento, buenos resultados. Antes de la Copa del Mundo, Roberto Martínez llegaba con 19 partidos consecutivos sin perder al frente de los ‘Diablos Rojos’, lo cual no está nada mal. Sin embargo, se siguen viendo problemas que ya había con Marc Wilmots. No todo se ha solucionado, ni mucho menos. Hay problemas defensivos, pues la calidad defensiva de los carrileros que utiliza Martínez no es la mejor; hay problemas físicos con los centrales Kompany y Vermaelen, aunque es cierto que esto no es culpa de ‘Bob’... Y bueno, está el tema del centro del campo. La ausencia de un centrocampista creativo provoca que De Bruyne juegue en el doble pivote, alejándolo del área. Si el Mundial sale mal, no tendrá excusa. Ante Panamá, más allá de los goles, la selección dejó dudas... las de siempre, en realidad.

¿Algo bueno habrá también?

También hay que hablar de cosas buenas más allá de los resultados. Es un equipo más compacto, donde está claramente diferenciado el equipo titular del suplente. No hay sorpresas y los jugadores saben perfectamente cuál es el rol de cada uno. Lukaku, además, ha ganado en confianza dentro de la selección nacional. Antes sufría cada vez que jugaba con los ‘Diablos Rojos’ y bajo la tutela de Martínez, que ya fue entrenador suyo en el Everton, se ha convertido en el máximo goleador histórico de Bélgica. Ahora, Lukaku también es importante con su selección como se vio ante los panameños.

Un equipo con notable nivel individual, que aprieta mucho arriba para robar rápido, ¿por dónde puede cojear esta selección?

Para empezar, la ausencia de un pivote defensivo al uso provoca que tras Witsel y De Bruyne haya un espacio que muchas veces queda descubierto. Además, los carrileros no son puramente defensivos. Tanto Meunier como Carrasco son de clara vocación ofensiva y casi siempre los problemas defensivos de esta selección llegan por los costados o cuando el rival recupera e inicia rápido el contragolpe. Tiene muchos problemas en transición defensiva.

Las miradas puestas en Hazard, De Bruyne... ¿para ellos también es un examen a nivel individual?

Claro, es su momento de demostrar porqué son los líderes. Hazard debe ser más resolutivo en fase ofensiva, en mi opinión. Es el jugador que tiene que marcar las diferencias en los metros finales y decidir los partidos.

Por su parte, De Bruyne tiene que hacer jugar a Bélgica, conseguir que haya coherencia entre las diferentes líneas y haya un juego fluido. No sé cual de los dos tiene una tarea más complicada, pero está claro que ambos tienen que ser decisivos. Y ante Panamá estuvieron muy intermitentes.