Pedro Sánchez ha recibido a Iñigo Urkullu en la puerta de acceso al edificio del Consejo de Ministros, flanqueado por la bandera española y la ikurriña, con un apretón de manos y el posado tradicional de foto ante los informadores gráficos. Tras la reunión, que ha concluido sobre las 13.50, Urkullu ha valorado que ha sido una reunión «cordial y positiva» en la que han abierto «la puerta a la relación institucional para garantizar una dinámica de trabajo estable y constructiva».
Competencias
Ha explicado que han coincidido en la «conveniencia de constituir un grupo de trabajo bilateral y permanente para avanzar en el análisis y negociación de las 37 transferencias» pendientes en el Estatuto de Gernika y que priorizarán tres materias «que se encuentran más avanzadas», como son las de autopistas (A-68 y parte de la A-1), puerto de Pasaia, y centros penitenciarios.
Además, celebrarán un encuentro de trabajo con los equipos jurídicos de ambos gobiernos para encauzar los recursos pendientes ante el Tribunal Constitucional a las normas vascas. Se ha referido expresamente a la ley de víctimas de abusos policiales y al recurso que el Gobierno de Rajoy presentó a los presupuestos de la CAV por contener una subida salarial a los funcionarios.
Modelo de Estado
Urkullu también ha informado a Sánchez de los trabajos que se desarrollan en la Ponencia de Autogobierno del Parlamento de Gasteiz con el objetivo de actualizar y profundizar en el autogobierno. A este respecto, le ha transmitido «la necesidad de abordar una reflexión sobre el actual modelo de Estado desde la asunción de su propia realidad plurinacional y la existencia de hechos diferenciales que demandan un tratamiento propio y singular». «No hemos hablado de ruptura, sino de convivencia desde el respeto mutuo», ha asegurado.
Asimismo, le ha planteado «explorar la vía de una convención constitucional que permita interpretar el espíritu originario del pacto que supuso la Constitución». «Esto supone apostar por un constitucionalismo útil al servicio de resolver los problemas y no enconarlos», ha manifestado.
Grupo de trabajo sobre presos
En materia de presos, según el lehendakari también han pactado conformar un grupo de trabajo para la «normalización» de la política penitenciaria, aunque no se ha fijado un calendario ni un horizonte para la modificación del sistema actual.
Urkullu ha transmitido al jefe del Gobierno español «la necesidad de un nuevo enfoque para la política penitenciaria en este nuevo tiempo tras la disolución definitiva de ETA», dentro de la legalidad, y ha destacado que es precisa «una reorientación legal de la política penitenciaria y el acercamiento de personas presas».
«Se trata de abordar una nueva política que supere las medidas de excepcionalidad y, como establece la legislación penitenciaria y la propia Constitución, evite el desarraigo social de las personas penadas y facilite su reinserción», ha indicado.
Ha explicado que será ese grupo de trabajo el que «hará un análisis y una actuación de este asunto» y el que, en definitiva, dictamine los tiempos.
El lehendakari entiende «las razones de cautela» de Sánchez y por ello le ha asegurado que las iniciativas que se desarrollen serán en el ámbito «de memoria, reconocimiento y reparación a las víctimas». Así, le ha trasladado las iniciativas que desarrolla el Gobierno de Lakua en esos ámbitos. «Creo que es momento de avanzar en la convivencia normalizada y he trasladado el respaldo mayoritario de las instituciones y de la sociedad vasca a las decisiones que se pueda adoptar en esta línea. Hemos acordado mantener una relación directa en materia de convivencia», ha aseverado.
Encuentro en julio sobre dos líneas de ferrocarril
De momento, la única reunión que se ha programado entre La Moncloa y Lakua es un encuentro en julio para abordar el traspaso de la gestión de dos líneas de ferrocarril, la que une Bilbo con Basauri y Alonsotegi-Barakaldo, cuyos trámites ya inició el Ejecutivo de Mariano Rajoy en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Constitucional.