Los sanfermines 2018 han comenzado con un ambiente festivo y lanzando al mundo un mensaje en favor de la diversidad y la discapacidad con un txupinazo protagonizado por representantes de Motxila 21, grupo musical formado por 12 jóvenes con síndrome de Down y 9 voluntarios.

«¡Pamplonesas, pamploneses, irundarrak, viva San Fermín, gora San Fermin!», han sido las palabras pronunciadas por Ibai Ganuza y Leire Zabalza, los encargados de prender la mecha que ha dado inicio a nueve días de fiesta ininterrumpida.

La marea humana de la plaza ha respondido también con el tradicional «¡Viva!» y «Gora!», con los pañuelos rojos en alto. A continuación, Zabalza y Ganuza han prendido la mecha del cohete, que ha estallado sobre el cielo iruindarra, dando paso al griterío y, acto seguido, a la fiesta.

En ese momento ha estallado la emoción en la plaza, donde, desde horas antes, se han congregado miles de personas y ha sido escenario de múltiples reivindicaciones con pancartas por la libertad de los jóvenes de Altsasu, la ikurriña y la bandera de Nafarroa, los presos políticos vascos y catalanes, la defensa de los gaztetxes y la protesta contra la puesta en libertad de los miembros de ‘La Manada’, entre otras. Ha habido un encontronazo entre algunos de los activistas que tomaban parte en las reivindicaciones con visitantes que han empezado a cantar el himno español.

En el balcón del Ayuntamiento, junto a las banderas «oficiales, se ha colocado un mástil vacío, en lugar de la ikurriña, como anunció ayer el alcalde, Joseba Asiron, en representación de «esas identidades proscritas, esas identidades que todavía hoy no pueden verse reconocidas en el Ayuntamiento».

En el interior de la casa Consistorial han seguido el inicio de las fiestas el alcalde y los miembros de la corporación municipal, además de numerosos invitados, entre ellos la presidenta del Gobierno de Nafarroa, Uxue Barkos; la presidenta del Parlamento navarro, Ainhoa Aznárez; la presidenta del Parlamento de Gasteiz, Bakartxo Tejeria, y alcaldes de localidades navarras, entre otras personalidades. También han asistido familiares de los jóvenes de Altsasu.

La Plaza del Castillo, donde se retransmite el encendido del cohete en pantalla gigante, ha acogido a más gente que en ningún año anterior. Había varios miles de personas. Tras la explosión, la música y el gentío han tomado toda la parte de vieja de la capital navarra.