Inglaterra, campeona del mundo en 1966, ha vuelto, quizá en el momento menos esperado, con un equipo muy joven, a la élite del fútbol mundial. Y el próximo miércoles jugará, en el estadio Luzhniki de Moscú, el mismo que albergará el partido decisivo, el 15 de julio, la semifinal contra el ganador del Rusia-Croacia.
El fútbol vuelve a casa (‘Football's coming home’). Tal y como rezaba el himno de la Eurocopa del 96, que Inglaterra organizó con el exiguo botín de una semifinal en la que cayó ante Alemania, en los penaltis. En la que el lanzamiento decisivo lo falló su actual seleccionador, Gareth Southgate, absolutamente redimido de ese error con lo que ya ha alcanzado, merced a un grupo con margen de mejora.
Sin practicar un fútbol espectacular, ha doblegado a la sobria y compacta Suecia; ha pasado a la semifinal y ha desencadenado el delirio en Inglaterra, donde la cerveza fluye en unos pubs cuyas televisiones repetirán una y mil veces las imágenes en blanco y negro de Bobby Moore alzando, hace 52 años, el trofeo Jules Rimet, en Wembley.
Emil Krafth, por el sancionado Mikael Lustig, y Sebastian Larsson, de vuelta tras su partido de sanción ante Suiza en octavos (1-0), han sido las novedades de Suecia, con su dúo de centrales, Victor Lindelöf y el capitán Andreas Granqvist, una línea medular de cuatro; y sus dos puntas habituales, Marcus Berg y Ola Toivonen.
Southgate ha repetido el once que sacó contra Colombia, eliminada en los penaltis: Ian Walker, John Stones y Harry Maguire formando trío de centrales; con Kieran Trippier y Ashley Young de carrileros; el centro del campo para Jordan Henderson, Dele Alli y Jesse Lingard; y Raheem Sterling y Harry Kane, máximo goleador del torneo, en ataque.
Ha sido Kane, faro del Tottenham de Mauricio Pochettino, el que ha lanzado el primer aviso, en el 18, con un tiro que ha salido por la derecha de la portería de Olsen. En un primer acto poco espectacular en el que Inglaterra ha sido la que más propuso, para adelantarse a la media hora, gracias a un gran testarazo de Maguire que les ha hecho probar de su propio jarabe de juego aéreo a los suecos, tras un córner desde la izquierda lanzado por Young.
Suecia apenas ha aportado un centro-chut desde la izquierda de Forsberg, su jugador más creativo, en el 42, poco antes de que Sterling, en tres ocasiones –una de ellas invalidada por fuera de juego– pusiese en jaque a la zaga nórdica. En la más clara, Olsen ha metido una mano de oro, poco después de que Lindelöf desbaratara la acción del atacante del Manchester City.
Lindelöf, que juega desde el pasado curso en el otro equipo de Manchester, el United, nació el mismo día en el que la pentacampeona Brasil festejaba el cuarto titulo, tras los penaltis y ante Italia, en el Mundial de Estados Unidos de 1994. En el que Suecia, finalista en casa en 1958, celebró su mejor resultado desde entonces en este torneo, al acabar en una meritoria tercera plaza.
Exactamente 24 años después de su última semifinal, Suecia, primera del grupo en el que México acabó segunda y la última campeona, Alemania, se fue para casa; tenía, también, tras eliminar a Suiza, una oportunidad de oro de reencontrarse con su historia.
Siempre mejorando en las segundas partes en este torneo –en las que habían marcado cinco de sus seis gole–-, los hombres de Janne Andersson han dispuesto de su ocasión más clara nada más reanudarse el juego, en remate de cabeza de Berg que ha hecho lucirse a Pickford, el héroe del día de Colombia.
Pero lejos de echarse atrás y dedicarse a especular, Inglaterra, que había jugado su última semifinal en el Mundial de Italia'90, no pretendía cederle el privilegio de acceder al penúltimo partido a su rival. Un perfecto centro de Lingard, en el 59, ha servido para que Dele Alli, de nuevo de cabeza, batiese por segunda vez a Olsen.
Suecia ha reaccionado, pero Pickford –que antes del Mundial solo había defendido tres veces, en amistosos, la portería inglesa– le ha dado la razón a Gareth Southgate, que confió en él, desviando una ocasión clara de Claesson.
Andersson ha dado entrada en el 65 a John Guidetti, del Alavés, y Olsson, por Toivonen y Forsberg, respectivamente. Guidetti le ha puesto, seis minutos después, un balón de oro a Berg, que ha servido para un nuevo lucimiento del portero del Everton.
Ahí se ha acabado todo. Inglaterra ha aguantado el resultado, su afición ha cantado varias veces el ‘God Save the Queen’ y el Samara Arena ha despedido a los flamantes semifinalistas con la música de ‘The Lightening Seeds’, la de los tres leones en la camisa, antes de que sonase por megafonía el ‘All you need is Love’, de los Beatles. Inglaterra festeja: el fútbol ha vuelto a casa.