Los astados gaditanos de Núñez del Cuvillo venían precedidos por su fama de peligrosos, con diez heridos por asta en ocho encierros, y aunque no se han registrado cogidas, han protagonizado una tensa carrera, ya que han ido lanzando derrotes en varios puntos del recorrido.
Nada más salir de los corrales del gas, los morlacos han imprimido un fuerte ritmo a la carrera, acompañando muy bien a los rapidísimos mansos de este año. Uno de los bravos negros se ha situado por el margen derecho de la cuesta de Santo Domingo e iba lanzando derrotes.
La manada se ha estirado un poco, con uno de los jaboneros, Tramposo, haciéndose con la primera posición del grupo y a partir de Mercaderes ha ido abriendo un notable espacio respecto al resto de sus hermanos.
Al tomar la curva de Estafeta, se han registrado varias caídas de mozos que se han visto arrollados por la frenética carrera de los Núñez del Cuvillo. El tramo más largo del recorrido ha mantenido la disposición que había tenido hasta ese momento la carrera, con Tramposo rodeado de corredores, seguido a cierta distancia por el resto de los astados.
Así se ha mantenido la disposición de los morlacos hasta llegar a la plaza, con el jabonero entrando en primera posición seguido de los demás toros, aunque en el tramo final del callejón, dos de los últimos astados han rodado por el suelo, aunque se han recuperado rápidamente y han continuado hacia el interior de la plaza.
Y entonces es cuando se ha producido la anécdota del día, ya que Gavilan ha decidido alargar la frenética carrera. El astado de pelaje castaño claro bragado corrido axiblanco (así lo han definido los expertos) se ha girado en el coso y ha empezado a fijarse en los corredores. Los dobladores han actuado con rapidez intentando llevarlo a los corrales, pero cuando ya parecía que enfilaba, de nuevo se ha vuelto para apuntar con sus enormes astas a los mozos.
Finalmente, los dobladores han insistido en su empeño y han conseguido introducir a Gavilán en los corrales de la plaza parando el crono en los dos minutos y 49 segundos.
A su paso por las calles de Iruñea, los astados de Núñez del Cuvillo han roto con su tradición y tan solo han dejado contusionados.