Carles Puigdemont ha comparecido ante los medios de comunicación en Berlín, después de que la Audiencia de Schleswig-Holstein descartara su extradición por rebelión y levantara todas las medidas cautelares que pesaban sobre el expresident tras retirar el juez Pablo Llarena las euroórdenes contra él y el resto de exiliados.

El dirigente independentista catalán ha valorado que con el nuevo Gobierno español, presidido por el Pedro Sánchez, se ha producido un «cambio de estilo, de clima y de lenguaje», y ha aludido a que la reunión que mantuvo el jefe del Ejecutivo español con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se produjo de «manera respetuosa» y «ha servido para exponer los puntos de vista para cada uno de los dos Gobiernos».

«Pero ahora –ha añadido– tiene que venir el tiempo no de los gestos sino de los hechos. Hemos demostrado siempre disposición, y la tendremos siempre, al diálogo, pero hay que abordar lo esencial».

En su opinión, «no se entendería que después de todo en las conversaciones políticas no se hablara de la relación entre Catalunya y España. Siempre hemos tenido disposición al diálogo, pero hay que abordar ya lo esencial, la relación entre España y Catalunya».

Puigdemont ha defendido que se respete «la voluntad de que decida un pueblo sobre su futuro y su destino» y ha asegurado que tiene la voluntad de «continuar el mandato de la gente» y proseguir con su actividad política.

El sábado, a Bélgica

Ha precisado que abandonará Alemania con destino a Bélgica el sábado próximo por la mañana, que le acompañará su familia y que comenzará a trabajar en el Consejo de la República. También ha dicho que los últimos cuatro meses en suelo alemán le han «marcado» su vida y que su estancia allí ha dejado fortalecido al independentismo. «Me llevo cuatro meses que han marcado mi vida y que nos habrán hecho a todos más fuertes y más resilientes».

Ha admitido que quizá no pise suelo español en 20 años, pero sí «suelo catalán». «Hoy mismo podría pisar suelo catalán», ha afirmado, para añadir que sería «en la parte del actual Estado francés, pero no dejaría de ser Catalunya».