Defender bien con todo el equipo metido en el área es un arte denostado pero que no resulta fácil. La Real no es un equipo que venga destacando en ello durante los últimos años, y esta noche lo ha pagado caro en Butarque. Salió bien en Villarreal, pero porque fueron bastantes minutos menos.

Asier Garitano regresaba al que fue su campo y su equipo se ha puesto muy rápido por delante. Además por partida doble. Zaldua, pepinero el año pasado, ha sido un cuchillo por la derecha. Primero asistiendo a Zurutuza para que el pelirrojo empujara a la red. Y luego con otra arrancada y un centro que no ha terminado en gol en primera instancia, pero sí cuando Illarramendi ha cazado un voleón en el rechace.

En el marcador 0-2 en poco más de un cuarto de hora. El 6 de 6 en la tabla no era un sueño, más viendo los escasos apuros con los que se transitó hasta el descanso. El Leganés tenía la bola, pero la Real vivía en un estado de extrema placidez, casi con el único sobresalto de la lesión de Diego Llorente.

El decorado ha cambiado en la segunda parte. Los locales han creído en la remontada y la Real ha comenzado a achicar balones con la fórmula del patadón y tentetieso, lo que permitía que las oleadas fueran constantes. El Zhar ha recortado distancias de un buen disparo cruzado (1-2, 54’) y la Real se aferraba a las cuerdas para no caer noqueada.

Héctor Moreno en la raya o Rulli a mano cambiada han sacado balones que se colaban. E incluso William José ha podido sentenciar en una contra, la única alegría ofensiva de los visitantes. Pero Pichu Cuéllar ha mantenido viva la esperanza madrileña y en el 88 El Zhar ha vuelto a marcar para poner la igualada (2-2) y hacer justicia a lo visto sobre el verde. Página especial de NAIZ