B.Z.
Donostia

La batalla de los lazos llega a la Junta de Seguridad

Ciudadanos, que no ha alzado la voz ante las agresiones a independentistas, se manifestará por una agresión contra una mujer que supuestamente arrancaba lazos, pese a no haber pruebas de ello.

En realidad no es ninguna guerra, pues unos se limitan a poner lazos por la libertad de los presos políticos y otros se dedican a quitarlos. Lo hacen en nombre de la libertad de expresión y de una inverosímil –y preocupante– neutralidad del espacio público. Como si fuese lo mismo poner una pancarta que quitarla; ejercer la libertad de expresión que coartarla.

Sea como sea, Ciudadanos y otros agentes cuyos vínculos con las cloacas del Estado está por ver –un Guardia Civil fue identificado hace una semana con un mapa indicando lugares en los que había símbolos independentistas– han conseguido situar este tema de confrontación en la agenda política, alimentando así la imagen de fractura social por la suspiran. El último episodio ocurrió esta semana, cuando una mujer rusa fue agredida en el parque de la Ciutadella de Barcelona. Ciudadanos aseguró que la mujer estaba arrancando lazos amarillos, algo de lo que no existe prueba ninguna. Ni una. No importa, al partido naranja le ha bastado para convocar una manifestación. Y al PP para anunciar la apertura de una oficina de asesoramiento para los arrancadores de lazos. Como suena.

Tras permanecer pasivos durante semanas ante las agresiones a independentistas, los Mossos empezaron a identificar a los arrancadores, lo que ha utilizado Ciudadanos para iniciar una campaña contra lo que llaman «policía política». En absoluto silencio hasta esta semana, el Gobierno español ha decidido ahora convocar una Junta de Seguridad conjunta con la Generalitat para abordar el tema.

Lo que son las cosas, la batalla por poner urnas se ha convertido en una batalla por poner lazos.