Técnicos de la LFP han visitado este jueves el reformado campo y han dado por bueno el proceso de instalación del césped, que finalizó anoche, al tiempo que han comprobado que las obras avanzan según los plazos previstos, por lo que «no han puesto ningún problema» para que, tal y como contempla el plan de obras de la Real, el partido contra el Barcelona pueda disputarse allí, según fuentes de la entidad txuri urdin citadas por Efe.
Los especialistas de la Liga seguirán en contacto diario con la Real para hacer un seguimiento de las obras del nuevo campo.
Si todo marcha según los planes de la Real, el próximo 15 de setiembre, a las 16.15, el conjunto donostiarra jugará ante el Barcelona en casa sin pistas de atletismo, con su afición próxima al terreno de juego, por primera vez desde 1993.
Ese día la Real utilizará el nuevo fondo sur y las tribunas laterales altas, que se mantienen intactas, así como las bajas, de nueva construcción, mientras que no se podrá usar el fondo norte, que aún debe ser demolido y reconstruido. Las obras finalizarán definitivamente dentro de algo más de un año.
La polémica que se produjo en el encuentro que jugó el equipo blaugrana en Valladolid por el estado del terreno de juego ha puesto el foco sobre el césped de Anoeta, que comenzó a instalarse el pasado lunes.
El club, que ha hecho una difusión diaria de las obras a través de su web con vídeos y fotografías, no tiene dudas, y así lo confirmó hace escasos días su presidente, Jokin Aperribay, de que el campo de juego estará en condiciones para albergar un partido oficial de alta competición.
El próximo miércoles la Real ha previsto que sus juveniles jueguen un partido amistoso en el estadio, en el que además se probará el VAR, para cerciorarse de que el estado de terreno de juego es óptimo.
Los trabajos de reforma de Anoeta, que costarán 50 millones de euros, significarán un incremento de aforo de los casi 30.000 actuales a los 42.000, aunque el próximo 15 de setiembre habrá sitio para 28.000 aficionados.