Ion SALGADO
BILBO

Manifiesto contra la impunidad a15 días del juicio por Iñigo Cabacas

Rostro conocidos de la sociedad vasca han firmado un manifiesto en apoyo a la familia y a los amigos de Iñigo Cabacas, que falleció en abril de 2012 por un pelotazo de la Ertzaintza. El texto reclama verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. El juicio por la muerte del joven arrancará el 15 de octubre y estará precedido de una vigilia.

«No podemos admitir que este homicidio quede sin resolver». Estas palabras están recogidas en un manifiesto en apoyo a la familia y a los amigos de Iñigo Cabacas, el joven aficionado del Athletic que falleció en abril de 2012 tras recibir el impacto de una pelota de goma disparada por agentes de la Ertzaintza, en un caso que se juzgará en dos semanas, aunque con importantes ausencias en el banquillo de acusados.

El manifiesto, presentado ayer sábado en el Kafe Antzokia de Bilbo por Eneritz Zabala y Koldo Gutiérrez, recuerda que el 5 de abril de 2012 Cabacas celebraba junto a sus amigos la victoria del Athletic frente al Schalke 04 «hasta que irrumpió un grupo de ertzainas y comenzó a disparar balas de goma».

«Un ertzaina apuntó hacia el sitio en el que estaba Iñigo, disparó una bala de goma y le hirió gravemente. Murió el 9 de abril, tal y como apunta la autopsia, como resultado del impacto de una bala de goma. Bala de goma cuyo uso está prohibido en la mayoría de los países de Europa», recuerda el texto, en el que se advierte de que «cualquiera podía haber sido la víctima mortal aquella fatídica noche, puesto que a Iñigo lo mataron por hallarse de celebración en la calle».

Tras ello, el texto denuncia que «quienes tienen el cometido de velar por la garantía de nuestros derechos fueron precisamente los que vulneraron el derecho a la vida de Iñigo. Y tras matarlo, en lugar de investigar para esclarecer lo sucedido y determinar las responsabilidades correspondientes, se han dedicado a poner obstáculos a quienes investigaban y denunciaban este homicidio, a la vez que trataban de proteger a los responsables».

Los firmantes recuerdan que no están reclamando «nada del otro mundo. Simplemente pedimos el respeto de cuatro principios que serían beneficiosos para todas y todos: verdad, que se reconozca lo ocurrido; justicia, para que los responsables hagan frente a sus responsabilidades sin ningún tipo de privilegio; reparación a la familia; y garantías de que no vuelva a repetirse».

Primeros firmantes

Entre los firmantes del manifiesto hasta la fecha figuran el bertsolari Jon Maia; los actores Patxo Telleria y Aitor Merino; las actrices Itziar Ituño y Ane Zabala; Francis, cantante de Doctor Deseo; Aiora Renteria, en representación de Zea Mays; los escritores Toti Martínez de Lezea, Kattalin Miner y Xabier Monasterio; los boxeadores Kerman Lejarreta, Aratz Garmendia e Ibon Larrinaga; el surfista Kepa Acero; la futbolista Eba Ferreira; y los exfutbolistas Tiko, Yeste, Koikili, Endika Guarrotxena, Joseba Garmendia y Oleguer Presas; además de una larga lista de periodistas.

También destaca el apoyo expresado por la familia de Aitor Zabaleta, el hincha de la Real Sociedad que murió a manos de ultras del Atlético de Madrid en otoño de 1998.

Este manifiesto, que está disponible en redes sociales, se ha hecho público a apenas dos semanas de que arranque el juicio contra seis agentes de la ertzaintza, para los que la Fiscalía no pide pena alguna al considerar que no hubo delito en la carga policial que acabó con la vida de Iñigo Cabacas.

Tres de ellos son ertzainas que actuaban en la zona (el callejón en que se encontraba la herriko taberna en el que se ordenó «entrar con todo») y los tres restantes, mandos intermedios de la Policía autonómica.

La previsión es que el juicio se celebre desde el 15 de octubre hasta el 9 de noviembre. Los familiares y amigos han convocado una vigilia el día anterior al inicio de la vista oral.

Los padres de Iñigo, Manu Cabacas y Fina Liceranzu, no faltaron a este acto de presentación, en vísperas de unos días que serán especialmente dolorosos para ellos dentro del calvario que padecen desde 2012.