Ibai Azparren - Beñat Zaldua
Barcelona

Entre el lodo de C’s, el diálogo sin negociación del PSC y la tarjeta roja de la CUP

Tras el discurso de ayer de Torra, hoy ha sido el turno de los grupos parlamentarios en el debate de política general que se celebra estos días en Catalunya. Pocas sorpresas en unas intervenciones que han oscilado entre la oposición frontal de Ciudadanos y PP, el reproche en buen tono del PSC y Catalunya en Comú, la dureza de la CUP y el apoyo –con matices– de ERC y JxCat.

Intervención de la líder de la oposición, Ines Arrimadas, de Ciudadanos. (@ParlamentCat)
Intervención de la líder de la oposición, Ines Arrimadas, de Ciudadanos. (@ParlamentCat)

Las réplicas han comenzado con la intervención de la líder de la oposición, Inés Arrimadas, que ha hecho referencia al ultimátum que dio ayer el president de la Generalitat, Quim Torra, al jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, advirtiendo de que si quiere contar con el apoyo de los independentistas en el Congreso de los Diputados tendrá que plantear un referéndum de autodeterminación.

Arrimadas ha pedido a Torra que «no confunda la debilidad de Sánchez con la debilidad de la democracia» y que «no cometa el mismo error que Puigdemont», que, a su juicio, «creyó que se estaba enfrentando a Rajoy y se estaba enfrentando a más de media Catalunya y a un estado democrático».

Asimismo, ha subrayado que los votantes independentistas «no han podido ver ningún resultado» de lo que prometieron y que el procés «les pasará por encima». Apelando a la convivencia, la líder de Ciudadanos en Catalunya ha asegurado que «hay muchas familias divididas y que muchos catalanes que quieren marcharse de Catalunya porque no pueden más».

Miquel Iceta (PSC) le ha pedido a Torra que no pierda la oportunidad que le está dando el Gobierno de Sánchez y que «reunirse y dialogar es el camino», una vía que «no podrá seguir con Casado y Rivera» si deja caer el gobierno del PSOE.

Respecto a la advertencia de Torra a Sánchez que la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, respondió ayer con la frase «autogobierno sí; independencia no», Iceta ha asegurado que «no se puede negociar con el Gobierno de España sin tener una propuesta para Catalunya» y que «no se puede impulsar un cambio profundo del marco constitucional sin un apoyo mínimo de dos tercios de la cámara». Además ha criticado que «no puede pedir a los CDR que apreten y después enviar a los mossos para que disolverlos».

Por parte de Catalunya en Comú ha sido Jéssica Albiach la que ha tomado el relevo de Xavier Doménech, que dimitió hace algunas semanas. La nueva cabeza visible de los comuns en el Parlament ha considerado que el ultimátum de Torra a Sánchez es una «nueva improvisación» que traerá una nueva frustración: «No se puede pactar un referéndum en un mes, eso lo sabe todo el mundo». Albiach también ha considerado que «no habrá solución posible mientras los presos no estén en la calle».
 
Ha apuntado que la mayoría a favor del derecho a decidir y contra la represión, «la mayoría del 1-O y del 3-O», fue empequeñecida «el 27 de octubre con una estrategia unilateral que se ha demostrado fracasada. Admitan que la DUI fue un error».

El diputado de la CUP Carles Riera se ha mostrado más duro que Albiach con Torra, a cuyo Govern ha espetado que es «un perfecto administrador de la autonomía». «No hemos visto una actuación que muestre una voluntad de ruptura. Hemos visto un continuo acatamiento de la Constitución».

Ha reiterado la petición de dimisión del conseller de Interior, Miquel Buch, por las cargas de los Mossos en los últimos días. Riera ha recordado al Govern que «las llaves de las cárceles las tienen ustedes» y ha concluido con dureza: «Nuestra misión no es contribuir a la estabilidad autonómica, seguimos con la tarjeta roja levantada».

Alejandro Fernández, del PP, ha asegurado que en Catalunya «no existen condiciones para el diálogo» y que «los independentistas no tienen potencia política para conseguir la independencia ni apoyo internacional». Ha pedido la dimisión de Torra, acusándolo también de «activista ultra y supremacista». En este sentido, ha ironizado diciéndole al president de la Generalitat que «se parece más a mí que a un saltador noruego», comentario que ha propiciado alguna que otra carcajada en el hemiciclo.

El portavoz de ERC, Sergi Sabriá, ha querido comenzar rememorando el 1-O, dando las gracias a «todos los que lo hicieron posible». Ha subrayado que la gran mayoría de ciudadanos «sienten que pueden decidir su futuro» desde entonces. Respecto a la negociación con el Estado español, ha asegurado que están dispuestos a dialogar «siempre y con todos, pero no de rebajas, no de un nuevo Estatut».

Según Sabriá, el 1-O no tiene vuelta atrás y «no aceptarán otra cosa que no sea nuestro derecho a la autodeterminación». Apelando a la nueva estrategia de ERC, el portavoz ha dicho que quieren «atraer a todo el mundo a nuestro proyecto porque es integrador. Hay que integrar en la vía a aquella gente que no es independentista». Respecto a los incidentes que sucedieron en el aniversario del referéndum a las puertas del Parlament y en la Via Laietana, Sabriá ha afirmado que «las caras tapadas, las capuchas y las intimidaciones no nos representan». También se ha pronunciado sobre el juicio contra los líderes independentistas: «Si hay una sentencia injusta hará falta que nos rebelemos».

Por último ha tomado la palabra Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya. Ha centrado buena parte de su discurso en arremeter contra Ciudadanos, a quienes ha espetado que «no conseguirán dividirnos, no se lo permitiremos», aunque también ha agradecido a Felipe de Borbón el duro discurso de hace un año, al considerar que ensanchó «como nunca el rechazo a la monarquía y el apoyo a la República». Batet ha apuntado que la diferencia entre Rajoy y Sánchez en cuanto al contencioso catalán es mínima, ha denunciado que «la represión de hace un año se mantiene y aumenta» y ha concluido que «aunque los del 155 no lo reconozcan, votar es la única vía para resolver los conflictos políticos».