El oficial, ertzaina con mayor rango en el lugar donde sucedieron los hechos, acusado en el juicio por la muerte de Íñigo Cabacas, ha señalado que «en aquel tiempo cualquier agente podría haber disparado sin una orden de un superior». Pese a ello, ha apuntado que «los únicos agentes con adiestramiento que hacían prácticas con esas armas eran los de la Brigada Móvil y de refuerzo, y en esa época, con otro consejero y otro Gobierno, la Unidad de Seguridad Ciudadana era un cajón de sastre».
El agente ha declarado que en la reunión anterior no se le había asignado como responsable de todos los ertzainas del sector, sino que era el responsable de su furgoneta. Según el oficial, cuando su furgoneta llegó al lugar «aquello era un cacao» y «había unas 4 o 6 furgonetas» y ya había ertzainas disparando. Ha afirmado que «en un principio» ordenó a sus hombres no salir de la furgoneta, pero que «más tarde» salieron. El agente ha señalado que cuando los agentes de su furgoneta salieron y se dirigieron a la plaza «la gente ya se había dispersado e Iñigo Cabacas ya estaba en el suelo».
Asimismo, el acusado, actualmente jubilado y que estuvo al frente de una de las furgonetas policiales que acudió al lugar de los hechos, ha declarado ante el tribunal que no eran «conscientes del poder letal» de las escopetas de pelotas de goma, una de las cuales causó la muerte de este joven en abril de 2012, porque «nunca antes había pasado nada». «Nunca había pasado nada y se suponía que nunca iba a pasar nada. Habíamos tenido no sé si suerte, pero nunca había pasado nada. Yo creo que no éramos conscientes del poder letal de estas pelotas y más de estas armas nuevas Benelli», ha añadido.
En la misma línea ha asegurado que la mayoría de los agentes «tenían muy poca experiencia en ese tipo de operativos, no habían probado esas armas antes de esa noche y desconocían las instrucción para su uso, como las distancias mínimas de seguridad o las zonas del cuerpo hacia las que no debían apuntar». En esta línea, ha declarado que él no era partidario de entrar al callejón.