Según las informaciones recogidas por la agencia estatal de noticias saudí, SPA, el fiscal general ha señalado que se registró una disputa entre Khashoggi y varias personas en el interior del edificio que se saldó con su muerte.
Así, ha detallado que las investigaciones preliminares apuntan a que la «discusión» entre el periodista y estas personas «derivó en una pelea a puñetazos que se saldó con su muerte (...) y el intento de encubrir lo que había pasado».
El fiscal ha manifestado, además, que las investigaciones continúan en marcha y que se han saldado por el momento con la detención de 18 ciudadanos saudíes, cuyas identidades no han trascendido. Según la cadena Al Arabiya, los detenidos intentaron «persuadirle de que volviera» a Arabia Saudí.
Una vez producida la muerte, negaron que Khashoggi permaneciera en el consulado e información a Riad de que el periodista «había abandonado a salvo» el edificio. Una fuente cercana a la investigación ha confirmado que Maher Mutreb, un coronel de la inteligencia saudí, fue elegido para la operación porque había trabajado con Khashoggi en Londres.
Mutreb es uno de los saudíes afines al príncipe heredero a los que el ‘New York Times’ consiguió identificar de entre el grupo de quince sospechosos señalados inicialmente por las autoridades turcas. Según informó esta pasada semana el diario estadounidense, Mutreb trabajó en la Embajada saudí en la capital británica y acompañó al príncipe Mohamed en varios de sus viajes este año.
Por otra parte, la fuente citada por Al Arabiya señala que el conductor del consulado saudí en Estambul figura entre quienes entregaron el cadáver de Khashoggi a un «colaborador local». Es esta la incógnita que queda por resolver, el paradero del cuerpo del periodista. Las autoridades turcas informaron el pasado jueves de que estaban buscando en un bosque cercano a Estambul.
Riad expresa su «pesar» por lo ocurrido
«El Reino expresa su profundo pesar por los dolorosos acontecimientos que han tenido lugar y subraya el compromiso de las autoridades para esclarecer los hechos y hacer que todos los responsables rindan cuentas ante los tribunales competentes del país», ha expresado el reino a través de SPA.
Asimismo, SPA ha anunciado el cese del asesor para la Casa Real Saud al Qahtani, considerado como la mano derecha del príncipe Mohamed, y del 'número dos' de los servicios de Inteligencia, Ahmed Asiri, sin que se sepa si estas decisiones tienen relación con el caso.
Fuentes consultadas por la agencia Reuters apuntan que Al Qahtani hablaba con frecuencia en nombre del príncipe heredero y que daba órdenes directas a altos cargos, incluidos algunos del aparato de seguridad.
Asimismo, personas del entorno de Khashoggi y del Gobierno saudí han indicado que Al Qahtani intentó convencer al periodista de que regresara al reino después de que éste se trasladara a Washington hace un año por temor a represalias.
En cuanto al otro alto cargo cesado, Asiri entró en el Ejército saudí en 2002, según los medios locales, y sirvió como portavoz de la coalición militar que opera en Yemen bajo la batuta del príncipe Mohamed. En abril de 2017, Asiri fue nombrado ‘número dos’ de la Inteligencia exterior mediante un decreto real.
Sin órdenes para que lo mataran
Un funcionario saudí familiarizado con la investigación ha asegurado que Mohamed bin Salman no tenía conocimiento de la operación específica que ha resultado con la muerte del periodista, según ha recogido la agencia Reuters.
«No hubo órdenes de que lo mataran o incluso lo secuestraran», ha señalado el funcionario, que ha hablado bajo condición de anonimato, y ha añadido que había una orden permanente para que los críticos del reino regresaran al país.
El periodista, crítico con la cúpula saudí, fue visto por última vez el 2 de octubre tras entrar al consulado. Las autoridades del país árabe habían negado hasta ahora su muerte y aseguraron que había salido del edificio poco después.
La situación podría tensar aún más las relaciones entre Turquía y Arabia Saudí, dañadas en 2017 cuando Ankara decidió mantenerse del lado de Qatar tras la imposición de un bloqueo a Doha por parte de varios países de la región, encabezados por Riad.
Khashoggi es un antiguo editor de diarios saudíes que reside en el exilio en Estados Unidos. Como periodista ha entrevistado al fallecido líder de Al Qaeda Osama bin Laden. Asimismo, ha escrito varias columnas criticando las políticas saudíes hacia Qatar y Canadá, así como la intervención del país en Yemen y la represión contra activistas y medios de comunicación del país.
El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el jueves que «ciertamente parece» que el periodista está muerto. Asimismo, resaltó que, si se demuestra la responsabilidad de Arabia Saudí en lo ocurrido, sopesará «consecuencias muy graves» para su aliado en la región.