El Celta, que acumulaba seis jornadas sin ganar, ha tenido recompensa a su colérico comienzo. Ha salido con furia. Con solo cinco minutos, Boufal ha exhibido su cambio de ritmo, se ha asociado en la banda izquierda con Juncá, este ha centrado y Aspas ha cerrado la jugada con un gran gol, un tiro magistral que ha pillado a Riesgo un par de metros adelantado de su línea de portería.
El gol ha avivado al Eibar, con menos pegada en su ataque pero superior durante la primera parte: ha dominado la posesión de la pelota, ha marcado el ritmo, ha acumulado lanzamientos. Su peligro ha sido constante: un par de remates de Enrich, un cabezazo de Kike García, otro de Diop a la salida de un córner, varios lanzamientos desviados de Orellana y Diop.
El Celta ha resistido el empuje del Eibar refugiado atrás, desbordado por el juego y la presión del equipo de Mendilibar. Ha quedado bloqueado. No ha vuelto a acercarse a la portería armera hasta el minuto treinta y cinco. Y lo ha hecho con otra genialidad de Iago Aspas. El Celta ha recuperado la pelota en su área, ha montado el contragolpe con un par de toques de Boufal y Brais, y el desenlace del veloz ataque ha sido una suave parábola de Iago Aspas desde unos veinticinco metros.
El golazo del delantero moañés ha calmado la inquietud de Balaídos. Pero no ha desfallecido el Eibar. Ha cerrado el primer tiempo con un par de disparos de Kike García desde fuera del área. Y ha abierto la segunda mitad con un cabezazo de Enrich y un tiro de Jordán que ha rechazado Sergio. Su falta de puntería ha chirriado ante la eficacia celeste.
El Celta ha certificado la victoria con su primera aproximación de la segunda parte al área de Riesgo, un contraataque que ha guiado Hugo Mallo por la banda derecha con la defensa del Eibar descolocada y que ha culminado por la zona central Brais Méndez con un nuevo gol. El acierto celeste ha sido demoledor: tres ocasiones, tres tantos.
El partido ha quedado adormecido con los tres goles. El Eibar ha aflojado su dominio, pese a algún lanzamiento de Orellana y de Rubén Peña, aunque ha quedado malherido, escaso de fuerzas y con errores infantiles, como una indecisión defensiva entre Arbilla y Riesgo que ha aprovechado Iago Aspas para marcar un nuevo gol, su octavo tanto en esta liga, una diana que ha cerrado la goleada del Celta que salva del despido al entrenador Antonio Mohamed.