Los jugadores del Gipuzkoa Basket, tan necesitados de triunfos que no miran al rival ante el que poder seguir sumando, han comenzado sufriendo ante un equipo catalán que parecía necesitar la mitad de sus recursos para mantener a raya a los locales.

El 0-5 de parcial con el que ha comenzado el encuentro no ha inquietado, sin embargo, al estadounidense Garreth Nevells, que ha estado inmenso en el primer cuarto para sostener en el marcador, casi en solitario, a su equipo y evitar que el choque hubiera quedado antes resuelto.

El equipo barcelonés ha sufrido más en un segundo cuarto en el que ha sobresalido Seraphin por el bando blaugrana y Gutiérrez, el mexicano que ha demostrado su calidad a cuentagotas y también un Corbacho entonado desde el triple Delteco se ha puesto por delante por primera vez (47-46) con un mate de Burjanadze y ha dejado las diferencias en la mínima expresión antes de retirarse a vestuarios (47-48).

El descanso ha cambiado el signo del partido, los locales han salido totalmente bloqueados y no han encontrado la forma de herir a un Barcelona que se ha puesto las pilas en defensa y ha comenzado a despegarse en el marcador de forma inexorable.

La pájara de los donostiarras ha durado todo el tercer cuarto, en el que han hecho solo siete puntos mientras el líder volaba sobre la pista de Illunbe, Pesic profundizaba en la rotación de banquillo y sus jugadores se daban un festín a costa de un GBC al que ya todo le ha salido mal.

El marcador en el último cuarto era ya tan claro para Barcelona, 28 puntos de ventaja, que este período realmente ha sobrado y se ha convertido en un entrenamiento oficial en el que el intercambio de canastas ha sido una constante una vez recuperado el pulso competitivo de un conjunto guipuzcoano que recordará mucho tiempo el bache de ese tercer cuarto que ha hipotecado cualquier opción de asustar al poderoso Barça.