La conferencia estaba anunciada desde hacía días, aunque se guardaba con sigilo el formato que se emplearía en el Sant Jordi Club para trasladar la conferencia escrita por el presidente de ERC, Oriol Junqueras, desde la cárcel de Lledoners. Finalmente han sido seis personas las que han puesto voz a las palabras del dirigente republicano, que se ha hecho presente en algunos momentos a través de un holograma.

La conferencia en si misma ha dado momentos de todos los colores, no en vano ha durado más de una hora. Pero de ella caben rescatar tres ideas; o tres momentos. El primer está a punto de llegar y es el juicio en el que la Fiscalía pide para el 25 años de prisión. La pena más alta pedida en el juicio contra el independentismo catalán.

Ayer Junqueras fue más claro que nunca a la hora de abogar por una defensa política que trate de desenmascarar al Estado: «Tenemos la oportunidad de cambiar la historia. Haremos que quien acabe sentado en el banco de los acusados sea el Estado. El tiempo y la justicia internacional nos darán la razón», aseguró un dirigente que también añadió de forma explícita: «Lo volvería a hacer».

«Si el Estado pensase que nuestro objetivo es imposible, no echaría a perder su imagen internacional, no pondría en riesgo la democracia y en entredicho a su justicia. Al hacerlo, nos ratifican que estamos en el buen camino, más cerca que nunca de la victoria», aseguró un Junqueras que añadió algo que en los últimos tiempos cuesta escuchar en Esquerra: «No renunciamos a ninguna vía democrática y pacífica para conseguir la República Catalana. Si es necesario apostaremos por la vía de la movilización masiva y la desobediencia civil».

Elecciones a la vista

Pero lo de esta tarde ha sido también, en gran medida, un acto de precampaña en el que Junqueras ha querido dejar claro que «las elecciones municipales son una prueba de fuego en toda Catalunya». Y ha puesto especial énfasis en la capital: «Barcelona debe volver a ser el referente mundial de la lucha por la libertad y antifascista; solo lo podrá hacer si ejerce de capital de la Catalunya republicana».

No ha sido casualidad que dos de las personas que han puesto voz a su escrito fueran el candidato a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall, y la candidata a las europeas, Diana Riba, que comparte cartel con Josu Juaristi (EH Bildu) y el propio Junqueras.

Asímismo también han aparecido algunas indirectas a la Crida Nacional recién puesta en marcha por Carles Puigdemont –«representamos el independentismo abierto y efectivo»– y las llamadas ampliar la base soberanista: «Somos los que podemos articular políticamente mayorías amplias de hasta el 80%, sumando y tejiendo complicidades».

Una idea que conecta con la receta de Junqueras para corto y medio plazo: paciencia. Sobre todo ante una España en plena involución democrática y una Europa en «deriva autoritaria», según ha recordado.

«Un camino factible hacia la República se debe basar en el reforzamiento del movimiento republicano y en el debilitamiento del régimen del 78. Y eso no se consigue solo con una dos batallas decisivas, sino con un paciente trabajo de reforzamiento propio y de desgaste del rival. La victoria depende de muchos factores, pero de forma muy significativa de la capacidad de seducción sobre el conjunto de la sociedad catalana», ha escrito Junqueras a modo de resumen.