Restan trece partidos para concluir la competición liguera y, a día de hoy, el Deportivo Alavés se encuentra muy pero que muy cerca de completar el principal objetivo, la tan repetida permanencia. Catorce puntos le separan del antepenúltimo puesto, ocupado por el Villarreal, y el submarino amarillo, precisamente, es su rival de hoy.

Restan 39 puntos en juego y en caso de ganar esta tarde, la diferencia entre el Glorioso y el descenso se ampliaría hasta los 17 puntos, un escollo demasiado grande como para preocuparse. Sea como fuere, Abelardo ya advirtió ayer que «la situación del Villarreal lo hace muy peligroso». El rival de la anterior jornada, el RC Celta, también llegaba en una circunstancia parecida y el empate a cero goles fue considerado «positivo».

A dos puntos de la salvación

Dicho empate permitió al conjunto albiazul encadenar tres partidos sin conocer la derrota. La misma racha de cinco puntos en tres jornadas llevaba el Villarreal hasta que la semana pasada se enfrentó al Atlético de Madrid; esa dinámica positiva la encadenó, justamente, con la vuelta de Javier Calleja al banquillo castellonense.

Luis García Plaza, que llegó a Villarreal para sustituir a Calleja, fue cesado en la última semana de enero, después de perder 3-0 en Valencia. Desde entonces, además de perder un único partido liguero, los amarillos han logrado eliminar al Sporting de Lisboa en la Europa League, consiguiendo así el pase a los octavos de final.

Parece que el submarino va acercándose a la superficie –está a dos puntos de la salvación–, por lo que el encuentro frente al Alavés bien puede considerarse una final, y Calleja insistió en que no buscarán el empate: «Tenemos que ganar». Para ello, no podrá contar con los lesionados Trigueros, Bruno, Fuego, Bonera y con el sancionado Cáseres.