Pablo Casado ha vuelto a Altsasu. Y lo ha hecho acompañado de Ana Beltrán y Eduardo Inda. Tras firmar en Iruñea junto a Javier Esparza su acuerdo para las elecciones estatales, las autonómicas y las municipales, la primera acción del líder del PP ha sido grabar una entrevista en el bar Koxka, lugar donde el 15 de octubre de 2016 se produjo el altercado entre varios jóvenes y dos guardias civiles y sus parejas. Ocho jóvenes fueron condenados a penas de hasta 13 años de prisión por estos hechos.

Según ha podido confirmar NAIZ, Casado, Inda y Beltrán han llegado al bar hacia las 14:15. Desde media hora antes, un patrol de la Guardia Civil custodiaba los aledaños. En ese momento, el dueño del local no se encontraba en el Koxka, pero una de las trabajadoras le ha avisado de que el bar se había vuelto a convertir en un plató de televisión. Al llegar, se ha encontrado con Casado e Inda grabando una entrevista, que habían comenzado a rodar en un establecimiento privado sin ningún permiso.

Josu Muñoa, dueño del Koxka, se ha dirigido a la jefa de prensa de Casado preguntándole por los permisos para grabar y les ha pedido que se marchasen, argumentando que era la hora de comer. Casado se ha marchado sin mediar palabra, mientras que Inda ha continuado con el show reclamando que «es un establecimiento público donde se puede grabar» y que «eso no es una cárcel». Hacia las 14:50 han abandonado el local.

La visita llega en un momento en el que los habitantes de Altsasu esperan la resolución de los recursos presentados a la sentencia contra los ocho jóvenes, ya que según anunció Europa Press citando fuentes jurídicas, los tres magistrados que conforman la Sala (José Ramón Navarro, Enrique López y Eloy Velasco) ya han tomado una decisión y han acordado la argumentación que expondrán en su resolución, que será publicada en los próximos días.

El Koxka se convirtió, a raíz de los hechos y tras la campaña mediática, en el bar más señalado del Estado. Tal y como explica su dueño, Josu Muñoa, en el libro ‘Altsasu. El caso Alsasua’, han tenido cámaras ocultas, amplios reportajes sobre «el bar del odio», pintadas en la fachada, llamadas que cantaban el ‘Cara al sol’ o reserva de mesas a nombre de Francisco Franco. Ahora, Casado e Inda vuelven a poner el foco sobre el establecimiento.