El presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika, ha vuelto a Argelia tras pasar dos semanas ingresado en un hospital de Ginebra, sin que se sepa realmente cuál es su verdadero estado de salud.

El regreso se produce en medio de masivas protestas en las calles de todo el país en contra de la decisión del mandatario, de 82 años, de optar a la reelección para un quinto mandato consecutivo en las elecciones del próximo 18 de abril.

El avión presidencial, un Gulfstream clase 4SP medicalizado, partió a las 15.40, del aeropuerto de Ginebra y ha aterrizado en un aeródromo militar de Bufarik, en el norte de Argel, pasadas las 17.30 hora local. Desde allí ha sido trasladado al palacio de Zeralda, según la información de medios locales. Bouteflika no aparece en público desde el pasado 21 de febrero, día en el que asistió a la ceremonia de juramento del cargo del presidente de Consejo Constitucional Tayeb Belaid, órgano que debe validar las candidaturas presidenciales.

Las protestas han ido a más cada viernes y han pasado de ser un clamor popular de millones de personas contra la corrupción de un régimen dominado por el Ejército y los servicios secretos. La del pasado viernes fue la mayor hasta la fecha y también la más duramente reprimida con más de un cententar de heridos y 190 detenidos.

Los estudiantes han mantenido la presión en la calle, lo que ha llevado al régimen a adelantar diez días las vacaciones universitarias, que han comenzado este domingo en todo el país. Pese a ello miles de estudiantes han vuelto a salir a la calle en una jornada de huelga general que ha tenido un seguimiento desigual en el país.

Manifestaciones en París y Montreal

Además, hoy se han vuelto a extender al Estado francés. Alrededor de 10.000 personas han vuelto a salir a las calles de París para protestar contra la postulación de  Bouteflika al quinto mandato. También en otras ciudades, como Marsella o Burdeos, se han vivido movilizaciones similares. En la protesta de la plaza de la República, los asistentes, entre los que se encontraban numerosas familias, gritaban «Poder asesino» con pancartas con lemas como «Pongamos al FLN en un museo» o «Por una ruptura radical contra el sistema», que evidencian que el rechazo al presidente se extiende a todo el actual sistema de poder en Argelia. Incluso en Canadá, cientos de personas se manifestaron en Montreal contra el quinto mandato bajo la nieve.

En la presidencia desde 1999, Bouteflika sufrió en 2013 un «derrame cerebral» que mermó sus facultades físicas y que ya le impidió hacer campaña en las presidenciales del año siguiente, pero no ganar los comicios. Con contadísimas apariciones públicas,  se ha convertido en una figura a la que se agarran los sectores del poder en Argel.

Precisamente, ante el aumento de la protesta, el jefe del Estado Mayor del Ejército argelino, el teniente general Gaed Sala, lanzó ayer un discurso televisado en el que destacó la «fuerte» relación entre los militares y el pueblo, que «tienen una visión unida». Sin embargo, evitó referirse a las manifestaciones ni a la huelga general de ayer y sí genéricamente al «pueblo» que «sabe cómo proteger su país».