El Gobierno francés anunció ayer la prohibición de movilizaciones de los «chalecos amarillos» en la parisina avenida de los Campos Elíseos ni en otros lugares señalados si «sospecha» que pueden volver a repetirse los altercados violentos y saqueos que se produjeron el pasado sábado durante los enfrentamientos entre manifestantes y policías. Además, destituyó al jefe de Policía de París.
Esas prohibiciones se aplicarán desde el momento en que se tenga conocimiento de «la presencia de militantes ultra» con voluntad de causar destrozos, explicó ayer el primer ministro, Édouard Philippe, tras una reunión de crisis presidida por Emmanuel Macron en El Elíseo.
La prohibición se aplicará también a la plaza de Neuberg en Burdeos y a la del Capitolio en Toulouse, donde se han producido de forma repetida incidentes violentos durante los cuatro meses de protestas de los «chalecos amarillos».
Además, el Gobierno da a las fuerzas de seguridad más autonomía para actuar y proceder «a la dispersión inmediata» cuando haya concentraciones con «elementos vandálicos», señaló Philippe, quien añadió que la Policía tendrá medios suplementarios, como drones e imágenes de vídeo, y que aumentarán las multas por participar en una manifestación prohibida.
Reconoció que la estrategia de mantenimiento del orden que se venía poniendo en práctica desde diciembre «no se aplicó correctamente» el pasado sábado en París y que «la movilidad y la reactividad de las fuerzas del orden (...) fallaron en la conducción de las operaciones».
Por eso anunció la destitución del responsable de la Prefectura de Policía de la capital, Michel Delpuech, que había sido muy criticado, y que será sustituido por Didier Lallement, que ejercía esas responsabilidades en el departamento de Gironde, con capital en Burdeos.
Philippe hizo hincapié en que quienes acudieron a los Campos Elíseos «no eran manifestantes, sino alborotadores» cuyo único objetivo era «saquear, robar, incendiar...». Y se esforzó en señalar que no confunde «a los violentos con la mayor parte de los ‘chalecos amarillos’, que ahora no se manifiesta», en alusión al descenso de personas que salen a la calle en las convocatorias de cada sábado (32.300 este último, según el Ministerio del Interior).
Consideró que no es casual que este repunte de violencia se produzca ahora, cuando el debate lanzado por el presidente, Emmanuel Macron, en respuesta a los «chalecos amarillos» está siendo, dijo, «un éxito».