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La ONU pide al mariscal Haftar parar su «Blitzkrieg» para conquistar Tripoli

El Consejo de Seguridad de la ONU reunido en sesión urgente condenó ayer la escalada militar en Libia y llamó a las partes a parar los combates que amenazan con un baño de sangre en Tripoli.

Imagen de Khalifa Haftar (izq) y de Fayez al-Serraj, los dos contendientes de la nueva guerra de Libia (Mahmud TURKIA / AFP)
Imagen de Khalifa Haftar (izq) y de Fayez al-Serraj, los dos contendientes de la nueva guerra de Libia (Mahmud TURKIA / AFP)

Días después de que el mariscal Khalifa Haftar, líder del autoproclamado Ejército Nacional de Libia que controla el este del país, lanzará la que llamó «marcha victoriosa», una operación de guerra relámpago o «blitzkrieg» para conquistar Tripoli, en manos del gobierno reconocido internacionalmente de Fayez al-Serraj, la preocupación de una guerra abierta que haría descender a Libia en el caos ha aumentado en la misma proporción que se ha desvanecido la opción de una solución negociada.

Según los datos contradictorios que llegaban desde las campos de batalla, la marcha sobre Tripoli de Haftar habría tenido resultados diferentes. Al sur de la capital, habrían llegado hasta el aeropuerto, y ciertas fuentes daban por hecho que ya lo habrían tomado, otras contestaban la noticia, pero al oeste de la capital, las milicias que apoyan a al-Sarrej, particularmente las de Misrata, habrían parado a las fuerzas de Haftar, haciendo cientos de detenidos y confiscando su material militar.

Haftar se reunió el pasado viernes con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que también se reunió con Fayez al-Serraj, de visita en el país en un intento desesperado por conseguir un acuerdo de alto el fuego y un plan para convocar elecciones que pudiera ser la base de la paz. Guterres dejo Libia escribiendo en twitter que «estaba profundamente preocupado» por la posibilidad de una confrontación sangrienta en y alrededor de Tripoli. Al parecer, Haftar se mostró ante él desafiante, convencido de su apuesta «sin vuelta atrás».

Ambas partes del conflicto saben que nadie puede gobernar Libia si antes no controla Tripoli, donde está el dinero, las misiones internacionales y una gran parte de la población del país.

Aunque las potencias dicen no tener ningún favorito sobre el terreno, lo cierto es que Haftar, antiguo general de Gadafi refugiado en EEUU hasta que volvió tras la guerra de la coalición occidental contra Libia, cuenta con poderosos aliados como Egipto, los saudíes y emiratíes. Y abundan las apuestas que le dan vencedor en una hipotética guerra abierta, o mejor dicho, en una nueva guerra civil a gran escala.

Con todo, aún no está claro hasta que punto la demostración de fuerza de Haftar es un intento para fortalecer su posición de cara a una solución política o un esfuerzo militar verdadero para conquistar la capital.