Así se recoge en una declaración aprobada por la Junta de Portavoces tras conocerse que la multinacional japonesa Kayaba ha comunicado al comité de empresa su decisión de cerrar la planta KSS de Orkoien dedicada a la producción de bombas hidráulicas.

Según lo trasladado, sus 136 trabajadores serán despedidos en dos fases y la fábrica será clausurada en 2021. La primera fase comenzará en mayo con un expediente de extinción para 80 trabajadores y los otros 56 la abandonaran a partir de 2020.

Ante esta noticia, los representantes municipales han expresado su rechazo al cierre de una planta que comenzó su actividad en 1997 y que llegó a contar con más de 450 trabajadores en 2003.

Además han exigido un plan industrial negociado para «atraer carga de trabajo en condiciones de sostenibilidad, productividad y competitividad, así como en condiciones laborales dignas para la plantilla».

También han manifestado todo su apoyo y solidaridad a la plantilla, muchos de ellos vecinos de su localidad, y se suman a las movilizaciones que se puedan plantear en defensa de los puestos de trabajo.

Entre los acuerdos adoptados figura la solicitud de la intervención y mediación del Gobierno de Nafarroa con el fin de facilitar el escenario de un plan industrial para garantizar el futuro de la planta y en todo caso y de manera subsidiaria, posibilitar un tránsito digno para los trabajadores a través de bajas voluntarias, incentivadas o recolocaciones en otras plantas del grupo en Nafarroa, en Ororbia y Urantzia.

En esta línea desde el comité de empresa han informado a Efe que este viernes tienen previsto reunirse con el vicepresidente de Desarrollo Económico, Manu Ayerdi, para exponerle la situación.