La temporada se le está haciendo muy larga al Eibar. El equipo azulgrana acostumbra a vaciar el depósito antes de que acabe la Liga pero esta campaña va camino de batir récords. Y con la permanencia por certificar aún matemáticamente, eso puede convertirse en un problema.
Es normal, en cualquier caso, que al equipo armero le cueste sacar adelante los partidos en este mes de abril en el que, como denuncia José Luis Mendilibar, tampoco parece entendible que se disputen dos semanas con tres partidos, cuando bajas y sanciones se acumulan en todos los equipos. Claro que el Eibar se lleva la palma. Había recuperado a Pape Diop para viajar a Huesca –es un decir porque el centrocampista se ha tenido que retirar antes del descanso– pero perdía a otros dos futbolistas fundamentales, Cote y Jordán, en este caso por sanción. Y entre lo que sí habían viajado se contaban los que acumulan minutos, demasiados, como Escalante; los que juegan fuera de posición precisamente por la acumulación de bajas, como Sergio Álvarez y De Blasis; los que apenas han participado, y por algo es, durante el curso, como Pere Milla; y los que llegan directamente del filial, como Káiser y Miguel Marí, que de hecho ha tenido que debutar en El Alcoraz.
En esas circunstancias, bastante ha hecho el Eibar con llegar al descanso con el empate a cero inicial, por muy colista que fuera un Huesca que ha propinado un par de sustos, incluyendo un balón de Etxeita al palo. Claro que, lamentablemente, el primer tiempo no ha acabado exactamente a como empezaba en lo que respecta a los guipuzcoanos. En el minuto 40, Kike García se ha llevado un golpe terrible en la cara y se ha retirado sangrando abundantemente –el club ha confirmado después que, como cabía suponer viendo las imágenes, se ha fracturado la nariz–; y sólo tres después, Pape Diop se ha echado la mano al muslo y, también, ha tenido que abandonar el césped lesionado.
Pese a todo, el equipo ha regresado al césped animado. Hasta ha probado fortuna con un disparo de Pedro León. Pero el Huesca le ha arrebatado cualquier aspiración que pudiera tener con otros dos golpes en un abrir y cerrar de ojos. En el 54, Enrich Gallego ha rematado en el primer palo un centro del Cucho Hernández para rompera la igualada. Y sólo tres después, una jugada ensayada en un saque de esquina ha permitido a Chimmy Ávila anotar un golazo con una volea desde la frontal, que dejaba el partido sentenciado.
Se acabó el partido. Lamentablemente, para que acabe la temporada habrá que esperar algo más.