El portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, Alejandro Hernández, exigió ayer al presidente del PP, Pablo Casado, que rectifique las palabras en las que calificó a Vox como «extrema derecha» para sentarse a negociar con el Gobierno regional los presupuestos de la Junta.

«Esto no es una rabieta ni una reacción desmesurada», advirtió Hernández, que aseguró que «si el PP ha copiado casi de modo literal el programa de Vox y ahora dice que es un partido ultra o de extrema derecha, lo que tiene es ganas de molestar, ofender o incluso injuriar».

Hernández señaló que esta «ofensa» es más «gasolina al fuego» de los «incumplimientos del acuerdo de investidura». El partido ultraderechista exige a Casado «una explicación clara y contundente» y una rectificación y subraya que «en estos momentos no estemos en disposición de sentarnos a hablar con el PP ni con Ciudadanos».

Esta amenaza para el pacto de Gobierno andaluz, se produce el mismo día que el Ejecutivo autonómico daba por cumplidos los objetivos de sus primeros cien días. Pero los presupuestos de 2019 necesitan el apoyo de los doce diputados de Vox.

Por ello, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (C’s) afirmó que «no comparte en absoluto» lo dicho de Casado, pero pidió a Vox «no mezclar palabras como esas cuando llegue el momento de hablar de presupuestos».

También la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre lanzó un dardo al líder del PP al afirmar que sus declaraciones sobre el líder de Vox son «hirientes» y que «ha querido dar una patada» a Santiago Abascal pero en el trasero de ella cuando dijo que este ha estado «cobrando de fundaciones, chiringuitos y mamandurrias hasta antes de ayer». Abascal dirigió la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social de la Comunidad de Madrid durante el Gobierno de Aguirre.

Los malos resultados electorales provocaron también la reacción de los barones del PP contra Casado. El vicepresidente de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, le recomendó «autocrítica», «humildad» y que se rodee «más de Feijóo y Herrera y menos de Aznar y FAES». Y el presidente del PP de Galiza, Alberto Núñez Feijóo, opinó que el partido cometió «un error de estrategia» y de posicionamiento político.