El Estado español sigue preocupado por la imagen que muestra en el exterior y durante este último año ha fomentado una nueva iniciativa que consiste en articular y formar un cuerpo diplomático compuesto por 200 funcionarios cuya principal labor sería anticiparse a hechos o pronunciamientos que puedan perjudicar su proyección internacional, según informa hoy el diario 'El País'.
Varios episodios del último año justificarían esta medida. Por un lado, el diario español cita el pronunciamiento de decenas de senadores franceses contra el juicio al independentismo catalán. También se menciona la carta del presidente mexicano por la conquista española de América y se hace hincapié en las «capciosas preguntas», siempre según 'El País', que tuvo que responder el ministro español de Exteriores, Josep Borrell.
En realidad, en este último caso fue el propio ministro quien proyectó una imagen negativa del Estado español al perder los papeles por el mero hecho de que se le preguntara por una posible reforma de la Constitución Española. Llegó a acusar al entrevistador de estar «continuamente mintiendo», se quitó el micrófono y dio por terminada la entrevista en un berrinche inusual para un jefe de la Diplomacia de un Estado.
Según 'El País', esta nueva iniciativa diplomática pretende «sentar las bases para corregir algunas de estas tendencias».