Actuando como una voz un poco autorizada en la ciudad, quiero sugerir, no pedir, a quienes aspiran tras estas elecciones municipales a asumir la Alcaldía que serán representantes de la ciudadanía en su conjunto, aunque quien les elija sea una parte de esta. Quiero sugerir que no recibirán un cheque en blanco para hacer y deshacer al gusto de la marca por la que se presentan, deberán ser gestores de la voluntad popular y eso significa que deberán contar y consultar para tomar las grandes decisiones.

Venimos de un mandato electoral donde la participación ciudadana ha estado en boca de muchos cargos electos, en los medios de comunicación públicos y privados, en los diferentes plenos municipales,… pero no ha dejado de ser el florero que adorna las grandes decisiones municipales. Los procesos participativos habidos no han servido para tener en consideración las aportaciones hechas por sus participantes. Al final, se ha impuesto el criterio técnico o la decisión tomada de antemano; eso sí, la legalidad vigente se ha cumplido.

A golpe de eslogan, o de repetir reiteradamente que la participación ciudadana está garantizada, nos quieren hacer creer que eso será así. Pero sabemos que las grandes decisiones de cómo hacer la ciudad se toman en los consejos de administración de algunas empresas del «ladrillo», en las cátedras de universidades privadas, en la alta hostelería, también en los consejos de administración de Iberdrola y la banca local,… No queremos excluir a nadie, también estos tienen derechos, pero la inmensa mayoría de la población que paga sus impuestos, que no realiza escape de impuestos, casi siempre ha salido perjudicada, y sin ser consultada.

El próximo mandato va a ser decisivo en muchos aspectos para el futuro de la ciudad. Se va a proceder a la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana, hay varios planes constructivos en marcha, Bolueta, Zorrotzaurre, Punta Zorrotza, Estación de Abando,… Aquí es donde sugiero que se tengan en cuenta el conjunto de los intereses de la ciudadanía de Bilbao, porque vivimos aquí, porque pagamos nuestros impuestos aquí, porque aquí debemos de decidir qué ciudad queremos para vivir.

De nuevo sugiero, que después de tantos años de estas prácticas, cada cual que las denomine como quiera, se hace necesario cambios en los modos de gestión municipal, cambios en la planificación de la ciudad, pues hay otras alternativas al uso, y sobre todo cambios en las formas de decidir qué es bueno y qué no para la ciudad de Bilbao. Es hora de las consultas populares, de que se tenga en cuenta el voto de cada persona cuando lo que se tenga que decidir les afecte.

Como un ciudadano de a pie sugiero, señores y señoras candidatas/os que tengan en cuenta que la Alcaldía, así como cualquier cargo público, es para servir no para ser servido, así dice un amigo mío y yo le creo.