Hay imágenes que valen más que mil palabras. Y hay palabras que valen más que mil imágenes. El miércoles, en la comparecencia de despedida de Markel Susaeta, su presencia en solitario al otro lado del micrófono es significativa, como la del presidente Aitor Elizegi sentado no al lado sino enfrente. Las lágrimas de Beñat, los ojos humedecidos de algún otro, el gesto cabizbajo sin levantar la mirada del suelo de De Marcos, pagar un penique por el pensamiento en ese instante de veteranos del vestuario como San José, Aduriz, Balenziaga, los Iturraspe o Rico... No tiene pinta de que la forma en que se ha gestionado la salida en falso de Markel vaya a caer en saco roto entre sus compañeros. Uno de ellos habló ayer, sentado en el mismo lugar, y también dejó algunas frases para leer entre líneas. «Ayer, él hizo las cosas como quería hacerlas, siempre ha sido una persona discreta, podía haber hablado de lo que pasaba y ha querido respetar al club por el momento en el que estamos, y los que hemos vivido con él es para quitarse el sombrero. Es un ejemplo», fue la reflexión de Raúl García, cuestionado por la despedida de Susaeta.
El propio capitán rojiblanco lo dijo en su comparecencia, hay todavía cosas en juego y toca remar todos a una. Ya habrá tiempo para aclarar otras cuestiones. Un mensaje que también dejó caer el jugador navarro, quizá sabedor de que el domingo el equipo está jugándose la clasificación europea y la grada no puede despistarse sobre cuáles son las prioridades, por mucho que ahora mismo la Junta Directiva y dirección deportiva estén en el disparadero. Es innegable que lo sucedido con Susaeta revoloteará sobre San Mamés, quizá de ahí el llamamiento que hizo: «La afición se tiene que dar cuenta de que tienen que estar con nosotros el domingo».
En lo que el excolchonero no escatimó halagos fue a la hora de referirse a su todavía compañero de equipo. Es más, se mostró sorprendido de que la grada no haya respetado más al de Eibar durante tantos años vistiendo la camiseta rojiblanca. «Se va un jugador al que no se puede reprochar nada. Una de las cosas que más me ha sorprendido aquí es que haya ese murmullo en la afición cuando ha fallado. Un jugador que siempre lo ha dado todo, que nunca ha pensado en su bien propio más que en el del grupo. La gente debe darse cuenta de que, independientemente de que te guste más o no, cuando alguien lo da todo por su club solo hay que ponerle la alfombra. No hay más», defendió a Susaeta. En esa línea habló de que «reprochar a un jugador durante el partido es tirarnos piedras a nuestro propio tejado; la afición debe mostrarse molesta cuando acaban los partidos, está en todo su derecho, pero en el caso de Susaeta es un ejemplo de profesional, de jugador de club», prosiguió en sus piropos al eibartarra que veremos qué papel juega en ese duelo del domingo, último del curso en San Mamés, y en el que el club, a través de José Ángel Iribar, entregará el One Club Man Award a la hija del fallecido Billy McNeill y a su excompañero en el Celtic de Glasgow John Clark.