El Athletic está a un paso de una remontada histórica y meterse en Europa, impensable hace medio año. Pero conseguirlo y salvar con letras mayúsculas una sinuosa temporada plagada de enconadas curvas no hará desaparecer, seguro, el malestar generalizado en el vestuario por la marcha de Markel Susaeta, no el qué sino el cómo. A nadie se le escapa que la Directiva y la dirección deportiva no han hecho las cosas bien y no lo dice la afición o la prensa, lo reconocían y lo reconocen todavía de manera abierta los compañeros del capitán, como ayer hizo el propio Iker Muniain. «Quizás en algún momento las cosas no se han hecho del todo bien para que un jugador que lleva toda la vida aquí no escuche la oferta. Es un poco triste y nos tiene que hacer recapacitar a todos. A veces no se le ha valorado en su medida. Es una pérdida muy importante para nosotros», reflexionó en voz alta el navarro.
El ‘10’ rojiblanco reconoció cómo les ha afectado la despedida no solo de Susaeta sino de Iturraspe y Rico, «un momento especial y a la vez triste». Para Iker, Markel «es una persona a la que admiro y a la que siempre he tenido como referente desde que era pequeño». Con la salida de Susaeta él pasará a ser el primer capitán del Athletic, «responsabilidad máxima» en la que espera estar a la altura de sus predecesores. «He tenido la suerte de tener magníficos capitanes de los que he aprendido mucho. Y todo eso he querido absorberlo para mí y demostrar lo que conlleva ser el capitán dentro y fuera del campo. Intentaré demostrar que puedo ser capitán en todos los ámbitos. Ojalá sea un ejemplo para los que lo sean en el futuro», dijo.
En el Sánchez Pizjuán portará el brazalete si sale de inicio. Y de lo que no tiene duda Muniain es de que, echando mano del dicho, «mejor pájaro en mano que ciento volando». No renuncia a la victoria en el feudo sevillano, pero admite que «un empate nos permitiría ser séptimos» y hay que valorar el premio que eso supone. Jugar unas previas europeas a las que no ve pegas, «jugar al fútbol es lo que nos da de comer, jugar partidos importantes, sean previas o de campeonato», respondió con lógica.
Después de «haberlo pasado tan mal», asumió, están ante un «aliciente grande» que «valoras y te impulsa». E insistió, «estamos con mucha moral».