Se trata del primer acercamiento de un preso vasco desde que, a principios de año, la delegación integrada por electos y miembros de la sociedad civil de Ipar Euskal Herria retomara el diálogo con el Ministerio de Justicia.
El traslado del preso navarro, que ha sido confirmado por Etxerat, llega cuatro días después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, de visita en Biarritz, elogiara los avances reportados por el espacio de diálogo abierto, a finales de 2018, entre la delegación que encabeza el presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray, y el Ministerio de Justicia que dirige Nicole Belloubet.
Según los datos facilitados la pasada semana por Bake Bidea, de la cuarentena de miembros que integran actualmente el colectivo de presos vascos en cárceles francesas diecisiete siguen alejados de Euskal Herria.
Tras anunciar el deshielo del diálogo con París, la delegación fijó los objetivos pendientes: acercar a los presos hombres (7 tras el acercamiento de Karrera Sarobe, pero con el encarcelamiento de Josu Urrutikoetxea se mantiene la cifra de 8 presos alejados), dar una solución a la situación de las mujeres (sin posibilidades de acercamiento en el corto plazo, la solución pasaría por el reagrupamiento de las militantes que así lo soliciten en la prisión de Rennes, en Bretaña); quitar el estatus de vigilancia especial (DPS) que aun pesa sobre 12 prisioneros vascos y, de forma especialmente urgente, encauzar la «situación insoportable» de los tres presos labortanos que avanzan hacia los 30 años de encarcelamiento (Jakes Esnal, Ion Kepa Parot y Xistor Haranburu).
Unas demandas que volverán a plasmarse nuevamente en la calle con la cadena humana convocada por Bake Bidea y Artesanos de la Paz, el próximo 8 de junio en Biarritz.
Dos cadenas perpetuas
Detenido en 2010 en Baiona, Mikel Karrera cumple dos condenas de cadena perpetua en el Estado francés. La primera sentencia fue pronunciada, el 25 de abril de 2013, por la muerte de dos guardias civiles en diciembre de 2007 en la localidad landesa de Capbreton y la segunda en diciembre de 2015, por la muerte, el 16 de marzo de 2010, del policía francés Jean-Serge Nérin.
En el juicio en apelación contra cuatro de los seis condenados por la última muerte causada por ETA, celebrado en 2017, la presa Izaskun Lesaka leyó un comunicado en el que se hacía mención al «daño político y humano» derivado de esa acción en que «sin que fuera esa la voluntad de ETA», murió el brigadier-jefe Jean-Serge Nérin.