Imanol INTZIARTE
Entrevue
Reyes Carrere
Candidata de EH Bildu a la Alcaldía de Donostia

«Se hacen grandes inversiones en unos sitios, y en otros las cosas cotidianas quedan en entredicho»

Conocida por una exitosa trayectoria deportiva como jugadora y entrenadora de balonmano en las filas del Bera Bera, Reyes Carrere, vecina del barrio de Intxaurrondo, da el salto a la política como candidata de EH Bildu a la Alcaldía de Donostia.

Reyes Carrere con su bicicleta, con la que habitualmente se mueve por la capital guipuzcoana. (Juan Carlos RUIZ / FOKU)
Reyes Carrere con su bicicleta, con la que habitualmente se mueve por la capital guipuzcoana. (Juan Carlos RUIZ / FOKU)

Reyes Carrere salta a la cancha de la política con la aspiración de ser la primera mujer que llegue a la Alcaldía de Donostia. «No prometas nada que no puedas hacer», revela que fue el único consejo que le ha dado su hermana Ane, alcaldesa de Andoain durante las dos últimas legislaturas.

Tras los cuatro años de Gobierno de la dupla que conforman Eneko Goia y Ernesto Gasco, ¿cuál es su diagnóstico?

Tenemos una ciudad desequilibrada, y ese desequilibrio va aumentando. Por ejemplo, el índice de paro va del 8% en la zona central al 12% en la zona periférica. Las personas de Altza tienen una esperanza de vida cuatro años menor que las del Centro.

De septiembre a aquí hemos tenido del orden de 150 reuniones con diferentes agentes y asociaciones. Y te dicen que ‘a nosotros también nos gustan las flores en los jardines, y sentarnos en los bancos. Y buena iluminación’. Esa es la realidad de la gente. Se hacen grandes inversiones en unos sitios, y en otros las cosas cotidianas de la vida quedan en entredicho.

Los integrantes del Gobierno municipal hablan de ‘seguir avanzando’ o ‘volver a la parálisis’…

El PNV y el PSE se tienen que bajar de ese pedestal. La ciudad marcha siempre, porque los verdaderos motores son la gente que está en muchas asociaciones, grupos culturales, deportivos…

Todas las encuestas a la ciudadanía coinciden en que la vivienda, concretamente su carestía, es el principal problema…

Está claro que es el problema que todo el mundo pone encima de la mesa, ¿dónde vivir? Planteamos dos tipos de medidas, unas a corto plazo y otras más a largo plazo.

A corto plazo, aplicar la Ley Vasca de Vivienda, que está congelada. Empujar para que la liberen y ue podamos sacar al alquiler aquellas viviendas que llevan dos años vacías. En la zona Centro, en una de cada cuatro viviendas no hay nadie empadronado.

Otra solución es recuperar la norma de limitar a la primera planta los pisos turísticos. Volvería a sacar una serie de viviendas al parque de alquiler.

Y otra es establecer un precio de alquiler. ¿Cómo sería esto? Pues a través de un consejo de la vivienda se establecería cuál es el precio máximo en función de una serie de variables. El propietario que no respetara ese precio tendría unos recargos fiscales, que tendrían que venir desde Diputación, con la que habría que coordinarse.

A largo plazo, Donostia tiene que empezar a hacer un parque público de alquiler, tener en propiedad alquileres sociales e ir regulando de esta manera los precios. Además de otras medidas como vivienda nueva en la medida que se pueda, fomentar cooperativas entre jóvenes, entre personas mayores… Hay movimientos sociales que ya están pidiendo ese tipo de actuaciones.

El turismo y su incremento, uno de los temas calientes en la ciudad. Unos dicen que no es para tanto, otros que resulta ya desmesurado…  

El problema del turismo forma parte de qué tipo de modelo de ciudad queremos construir. El Gobierno de Gasco y Goia está vendiendo lo que es la postal de La Concha y un producto, que somos los propios donostiarras que estamos dentro: sus calles, sus viviendas, su manera de ser, el euskara desapareciendo de las calles… ¿En qué medida afecta a la convivencia entre los vecinos?

Argumentan que es una actividad económica que genera dinero. Esa es una parte, la otra es que esa misma actividad actividad choca con los derechos fundamentales de muchas personas. Eso hay que tenerlo en cuenta. Abogamos por un tipo de turismo que no lleve a la turistificación, que respete los derechos de las personas y de la naturaleza. Ya hay protestas para frenar un hotel con 300 habitaciones en Ulia.

Hay personas en esta ciudad que tienen un negocio relacionado con el turismo que lo quieren hacer de una manera ética, con buenas condiciones de trabajo, sueldos dignos, que obligan a sus propios clientes a respetar las normas de convivencia, que aplican una política de kilómetro cero para que también el resto del barrio se beneficie. Ante esa gente, toda esta producción turística que nos están implantando el PNV y el PSE es una competencia desleal.  

¿Se está convirtiendo en una ciudad en la que vive gente mayor, mientras que la gente joven viene de los alrededores para trabajar en cuidados, hostelería o tiendas de ropa?

Si la actividad económica principal es el turismo, todo el mundo sabemos qué consecuencias tiene esto. Mucho empleo precario, y en muchos casos sectores muy feminizados.

Hay que diversificar, porque como pinche la burbuja turística vamos a tener un gran problema. No se pueden poner todos los huevos en la misma cesta, es muy peligroso.

La sociedad se está haciendo cada vez más mayor, y si los jóvenes se van fuera a buscarse un futuro, ese problema se agudiza. En relación al cuidado de mayores y a la atención domiciliaria, es una competencia que está siendo subcontratada por el Ayuntamiento, y para todas las subcontratas defendemos un sueldo mínimo de 1.200 euros.

También dar más dotación a la Casa de la Mujeres, que ahora mismo está soportando un enorme trabajo de atención a mujeres.

Tenemos un plan, ‘Ekialdean Bizi’ de regeneración económica, cultural y social para la zona este –Altza, Intxaurrondo, Bidebieta– donde viven 40.000 personas (una cuarta parte del censo), con propuestas recogidas de las asociaciones que están allí.

La pasante de Euskotren está en plena construcción. EH Bildu siempre se ha mostrado en contra. ¿Cuáles son sus propuestas en el tema de la movilidad?

Esta claro que sobre DBus los usuarios, en general, expresan una alta satisfacción. Planteamos una inversión para integrar todos los sistemas de transporte, DBus, Renfe y Euskotren, al que le añadiríamos cuatro líneas de buses rápidos.

Y hay que hacer el intercambiador de Riberas Loiola, en el coincidimos creo que prácticamente todos.

Un sistema integral, aprovechando y optimizando lo que ya tenemos, tendría un coste de unos 200 millones de euros, que incluyen la cubierta de las vías desde Easo hasta Anoeta. Y también proponemos completar la línea Altza-Pasaia del Topo. Una red en la que se pueda ir de cualquier punto de la ciudad a cualquier otro punto con máximo un transbordo. El presupuesto es tanto como el coste inicial de la pasante del metro y daría servicio a todo el mundo, mientras que la pasante del metro cubre las necesidades de quienes viven más o menos cerca de su estación.

¿Que diría a toda esa gente que etiqueta a EH Bildu como ‘los del no’?

EH Bildu es de hacer. Hizo Txomin Enea, arregló los problemas de inundaciones, dijo sí a una estación de autobuses que llevaba veinte años enquistada, dijo sí a peatonalizar calles, dijo sí a ampliar la red de bidegorris, dijo sí a mantener el presupuesto social e incluso aumentarlo en épocas de muchísimo recorte, dijo sí a introducir a la mujer en muchas fiestas culturales, dijo sí a establecer un mapa de puntos negros…

Lógicamente, en algunos aspectos decimos que no porque no estamos de acuerdo. Pero yo creo, vista desde fuera, que la de EH Bildu fue una legislatura que hizo muchísimo. No olvidemos que con el problema de las inundaciones Juan Karlos Izagirre puso en la misma mesa a todas las instituciones, a los vecinos, a los técnicos, y dijo ‘vamos a solucionar este problema, porque habrá que negociar y acordar’. E hizo eso.

No se habla de ello en campaña, pero en Donostia hay un colectivo de personas que cada fin de semana tiene que hacer el petate y viajar cientos de kilómetros para ver a sus familiares encarcelados…

Es un tema que desgraciadamente sigue estando ahí. Es un tema vergonzoso que una serie de familias tenga que pagar porque alguien ha decidido que tienen que pagar. Nuestra postura es clara, esas personas que están fuera de nuestra casa tienen que volver a casa.

Desde el Ayuntamiento se puede intentar ayudar a las familias, dar asesoramiento a las personas que salgan de la cárcel, tener una postura firme.

¿Está perdiendo impulso el uso del euskara?

El euskara no es un tema de cultura, es un tema de identidad. Es un elemento muy diferenciador y tiene que ser transversal. La cultura es muy importante, pero el idioma tiene que ser transversal. Entendemos que tiene que haber compromisos mucho más firmes por parte del Ayuntamiento para llevar a cabo lo que ya está legislado.

La presencia del euskara en el paisaje de la ciudad se está perdiendo, podemos encontrar carteles de tiendas o anuncios más en inglés que en euskara. Tenemos que empujar y pelear para que el aprendizaje del euskara sea gratis en Donostia. Hay que dar facilidades para que la utilización del euskara sea mayor y de una manera cotidiana.

La ciudad deportiva de Anoeta es la joya de la corona, pero hay coincidencia en que necesita inversiones…

En nuestro programa presentamos un plan llamado ‘Anoeta Kirol Hiria’. Se trata de tener una visión integral y reconducirla al deporte moderno, que sea un espacio de deporte, salud, tecnología e investigación. No una visión parcial de cada instalación. Hace falta reformar, optimizando lo que tenemos.

En Anoeta se pueden practicar a la vez 21 modalidades deportivas diferentes. Las necesidades del deporte van mucho más allá de llenar un día un pabellón de no sé cuántos miles de personas. Por ejemplo, las federaciones tienen que hacer concentraciones o campeonatos, pero en Donostia no pueden ser de más de un día, porque ¿dónde duermen? Planteamos construir una residencia.