Alrededor de 6.000 trabajadores han marchado en manifestación desde el Sagrado Corazón hasta la sede de la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM), en la plaza Euskadi, por un convenio sectorial. Un destacado dispositivo de la Ertzaintza ha vigilado la movilización, en la que se han llegado a cruzar varios contenedores, uno de los cuales ha ardido en medio de la Gran Vía.

Antes de que arrancase la protesta, los representantes de los sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT han emplazado a FVEM a que respondan en la reunión del próximo lunes 17 de junio a su plataforma reivindicativa. Estas centrales –al igual que ESK, CGT, CNT y USO– han enfatizado que «la pelota vuelve a estar encima del tejado de la patronal. Ellos verán si responden afirmativamente a la plataforma –han insistido– y si no, volveremos a hacer huelga». Para los días 20 y 21 de junio ya están previstas dos nuevas jornadas de paro pero, han incidido, en que barajan la posibilidad de convocar un nuevo calendario de movilizaciones si no hay movimientos.

«Lo que pedimos es justo, pedimos redistribuir de forma más justa la riqueza que se está generando y medidas efectivas que vayan en contra de la precariedad, que cada vez es más grande en el Metal de Bizkaia», han manifestado. «FVEM debe salir de su trinchera y nos tiene que hacer propuestas para un convenio digno», han añadido, después de la respuesta cosechada entre los trabajadores del sector.

Los representantes sindicales han reclamado a FVEM «movimientos reales» en la mesa de diálogo y que actúe «de buena fe». «Es una lucha que no parará hasta que se reparta la riqueza que está generando el sector y en contra de la precariedad», han expuesto.

Al finalizar la manifestación en la plaza Euskadi, las centrales han aplaudido la labor desarrollada desde primera hora del día por los piquetes informativos, al tiempo que han censurado «a los piquetes de la patronal» –en referencia a la Policía autonómica– por el acoso a los trabajadores que animaban a sumarse a este tercer día de paro en el Metal de Bizkaia. En su opinión, el acoso policial a los piquetes ha mostrado el nerviosismo de la patronal.