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MADRID

El PSOE intensifica la presión sobre Podemos, que apunta a setiembre

La tensión entre el PSOE y Unidas Podemos, llamados en principio a acordar la investidura de Pedro Sánchez, lejos de amainar se acentúa a medida que se acortan los plazos, y Pablo Iglesias ya ha expuesto la posibilidad de que el proceso pueda alargarse hasta setiembre. Una opción que empiezan a asumir también sus interlocutores.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias lanzaron el miércoles sendos envidos que dejaron patente el pulso que mantienen ambos políticos y sus respectivos partidos. El presidente en funciones anunció que el próximo martes comunicará a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el día elegido para la sesión de investidura –se baraja el 16 de julio como fecha probable–, en lo que se interpretó como una maniobra de presión hacia sus eventuales socios, pero el líder de Podemos replicó afirmando que «el acuerdo está más cerca de lo que parece, aunque haya que esperar dos meses y medio».

Eso situaría la investidura en setiembre, dando a entender que en el seno de la formación morada descartan que se produzca al primer intento. Y la ley es clara en este sentido: si a los dos meses de la primera votación no hay un presidente investido, se convocarán elecciones 54 días después. El 10 de noviembre, si la primera sesión de investidura es el 16 de julio.

Ese fue el posible escenario que Iglesias puso sobre la mesa en esa particular partida de póker que está jugando con su interlocutor. Y como este se hallaba ayer de visita oficial en Japón, fue la titular de Hacienda, María Jesús Montero, quien contrarreplicó asegurando que «no va a haber segunda vuelta».

Así, devolvió la pelota al tejado de Unidas Podemos, que en las últimas horas ha sentido la presión de importantes figuras del Ejecutivo y del PSOE, cuya vicesecretaria general, Adriana Lastra, le acusó de tomarse la investidura «como un juego». «La política no es un juego, esto no es ‘Juego de Tronos’, y pedimos responsabilidad también en las declaraciones públicas», señaló.

Lastra dijo estar «preocupada» por que Iglesias pueda estar «buscando la excusa para bloquear por segunda vez la investidura de un presidente de inquierdas», unas palabras que fueron secundadas desde Bruseñas por la ministra de Defensa, Margarita Robles, que se dirigió al dirigente de Podemos afirmando que «a la política hay que ir a servir, hay que ir a trabajar y no a buscar sillones».

Sin embargo, fuentes del PSOE, citadas por Efe, empiezan a asumir que el proceso se demorará hasta después del verano. «Creo que vamos a setiembre», señaló ayer un miembro de la Ejecutiva, donde se recuerda que entre Sánchez e Iglesias «hay mucha desconfianza mutua instalada desde 2016».

 

La derecha se solivianta por la entrevista a Otegi, que tuvo un gran éxito

El eco de la entrevista realizada el miércoles por TVE a Arnaldo Otegi seguía resonando ayer con fuerza, sobre todo en el espectro de la derecha española, con el PP a la cabeza en lo que a reacción desorbitada se refiere. La formación de Pablo Casado llegó a pedir que la presidenta de RTVE, Rosa María Mateo, comparezca en el Congreso para dar explicaciones.

Se mostraron también muy críticos miembros de C’s y Vox, así como la presidenta de la FVT, Mari Mar Blanco, que calificó de «inaceptable y humillante» que se realizara la entrevista al líder independentista.

Por contra, Irene Montero, de Unidas Podemos, valoró que «la televisión pública es lógico que entreviste a todos los representantes políticos que cumplen con las reglas del juego democrático», y desde el PNV Aitor Esteban opinó que «lo raro» es «que no se haya hecho antes; es un dirigente de un partido político».

Lo cierto es que, pese a los llamamientos al boicot, «La noche en 24» logró con la entrevista sus mejores resultados del mes, y fue lo más visto del canal durante toda la jornada. GARA