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WASHINGTON-MOSCÚ

Rusia y EEUU se acusan del fin del tratado de eliminación de misiles

EEUU confirmó ayer su salida oficial del tratado de desarme nuclear INF, insistiendo en acusar a Rusia de su vulneración, a la vez que anunciaba el desarrollo de nuevos misiles. A su vez, Moscú reprochó a Washington que haya preparado su ruptura desde hace años y de romper el sistema de control de armamento.

Estados Unidos confirmó ayer su salida oficial del tratado de desarme nuclear INF, acusando nuevamente a Rusia de violar este texto bilateral emblemático firmado al final de la Guerra Fría. «La retirada de Estados Unidos conforme al artículo XV del tratado toma efecto hoy porque Rusia no reanudó su respeto total y verificado», justificó la medida el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo.

Washington suspendió a mediados de febrero su participación, acusando a Rusia de fabricar misiles no conformes al tratado, pero también argumentando que otros países, sobre todo China, se encontraban al margen del mismo.

La retirada de los dos países pone fin al tratado INF que, al prohibir el uso de misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 km, había permitido la eliminación de los proyectiles SS20 rusos y los Pershing estadounidenses desplegados en Europa.

«El 2 de agosto de 2019, por iniciativa de la parte estadounidense, el tratado sobre la eliminación de misiles de corto y medio alcance firmado en Washington firmado el 8 de diciembre de 1987 entre la Unión Soviética y Estados Unidos, cesó su actividad», afirmó, por su parte, el Ministerio ruso de Exteriores. El viceministro ruso de Exteriores, Serguei Riabkov, indicó que su país propuso a EEUU una moratoria en el despliegue de esas armas nucleares.

El presidente ruso, Vladimir Putin, que también denunció el INF en febrero tras la decisión unilateral de EEUU, anunció medidas simétricas de respuesta y el pasado 3 de julio promulgó la ley sobre la salida rusa del tratado INF, tras su aprobación en el Parlamento ruso.

Rusia también acusó a EEUU de haber empezado a preparar el terreno para abandonar el INF hace casi dos años, cuando comenzaron las labores para la fabricación de misiles de corto y medio alcance en una de sus plantas militares de Arizona.

Además, insistió en que EEUU violó «de manera flagrante» el INF desde el momento en que desplegó en Rumanía y Polonia lanzaderas para los misiles de crucero Tomahawk.

De hecho, el Pentágono anunció ayer mismo la fabricación de nuevos misiles. «Ahora que nos hemos retirado (del INF) el Departamento de Defensa va a continuar el desarrollo pleno de estos misiles tierra-aire convencionales en una respuesta prudente a las acciones de Rusia», anunció el secretario de Defensa, Mark Esper, que precisó que EEUU comenzó la investigación sobre estos sistemas en 2017.

«Destruir todos los acuerdos»

«La denuncia del INF confirma que EEUU ha tomado el rumbo de destrucción de todos los acuerdos internacionales que, por uno u otro motivo, ya no le convienen. Esto conducirá prácticamente al desmontaje del actual sistema de control de armamento», aseguró el Ministerio ruso de Exteriores.

Además, Moscú acusó a Washington de orquestar una campaña de propaganda para acusarle de violar el tratado a ojos de la comunidad internacional, táctica que ya aplicó para renunciar en 2002 al tratado de defensa antimisiles. «El motivo es conocido: EEUU quería librarse de las limitaciones que le imponía», señaló. Acusó también a EEUU de hipocresía al afirmar que hay que «atraer a terceros países», en clara alusión a China. «Cuando no se puede obviar que esos países no están preparados para asumir las responsabilidades que contempla el acuerdo», agregó. Uno de los firmantes del INF en 1987, el expresidente de la URSS, Mijail Gorbachov, declaró el jueves que la expiración del primer tratado de desarme de la Guerra Fría «dinamitará no solo la seguridad de Europa, sino de todo el mundo».

«Con este paso, EEUU hará que la política mundial sea impredecible y caótica», auguró Gorbachov, a la vez que instó a Moscú y Washington a salvar el tratado sobre la reducción del armamento estratégico ofensivo START III, que expira en 2021, aunque es prorrogable cinco años más de mutuo acuerdo.

Rusia ha llamado en numerosas ocasiones a EEUU a iniciar las negociaciones para renovar el START, pero la Casa Blanca desdeña este tratado, que limitaba a un máximo de 1.550 el número de cabezas nucleares estratégicas para cada uno de los dos firmantes.

LA OTAN se apresuró a respaldar el relato de EEUU y anunció que responderá «de forma comedida y responsable a los riesgos significativos» que plantean los misiles rusos «para la seguridad aliada».

 

Donald Trump afirma que quiere incluir los misiles de China

El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, afirmó que su presidente, Donald Trump, desea iniciar «un nuevo capítulo en busca de una nueva era del control de armas» que incluya a Pekín. «De ahora en adelante, EEUU urge a Rusia y a China a que se unan a nosotros en esta oportunidad de ofrecer resultados reales de seguridad a nuestros países y al mundo entero», subrayó Pompeo. Según las autoridades estadounidenses, Pekín posee la «fuerza de misiles más grande y diversa del mundo», y aseguran no tener la capacidad para contrarrestarla. En febrero pasado, el consejero de Estado chino, Yang Jiechi, arquitecto de la política exterior del gigante asiático, descartó la posibilidad de un acuerdo a tres bandas.

Con todo, grupos que abogan por el desarme, como la Asociación por el Control de Armas, creen que Trump está usando a Pekín como chivo expiatorio para justificar también su salida del Nuevo START, suscrito por Moscú y Washington en 2010 para limitar sus arsenales nucleares.GARA