Ion SALGADO
GASTEIZ

Celedón aterriza en el corazón de Gasteiz y marca el inicio de las fiestas de La Blanca

Celedón ha llegado a Gasteiz a las 18.00 y ha dado el pistoletazo de salida a las fiestas de La Blanca. Pese a la prohibición anunciada por Urtaran, un año más se han visto pancartas en el plaza de la Virgen Blanca.

Miles de personas han llenado la plaza de la Virgen Blanca. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)
Miles de personas han llenado la plaza de la Virgen Blanca. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)

Celedón ha llegado puntual a Gasteiz. A las 18.00 Imanol Vega, Adela Fonseca y Francisco Granados han prendido la mecha del cohete que marca el inicio del descenso del muñeco desde la torre de San Miguel. Minutos después, Gorka Ortiz de Urbina, el blusa encargado de dar vida al aldeano de Zalduondo ha saludado paraguas en mano a las miles de personas congregadas en la plaza de la Virgen Blanca y ha iniciado el camino hacia la balconada, desde donde ha lanzado su grito de guerra: «Gora Andre Mari Zuriraren jaiak!».

Este ha sido el momento álgido de una jornada marcada por el sol, pese a que el propio alcalde avanzó hace días que no iba a hacer calor. A media tarde el termómetro de la calle Diputación marcaba 27 grados y la sensación en la plaza a pocos minutos de que llegara Celedón era similar a la de una hoya a presión. El asfalto se ha convertido en un caldero donde muchos se han cocido a fuego lento y regados con una salsa pegajosa a base de Coca Cola y vino, o sangría en su defecto.

No hay duda de que el kalimotxo es la alternativa preferida por los más jóvenes para sortear las prohibiciones impuestas por el Ayuntamiento, que no deja meter botellas de vidrio –adiós al querido cava rancio– ni latas en la Virgen Blanca. Este año se ha sumado una nueva prohibición. La de las pancartas. Un veto al que un grupo de solidarios ha respondido colocando pancartas reclamando la repatriación de los presos y presas vascas en el monumento. Además, se ha desplegado una pancarta a favor de la independencia de la fachada de San Miguel.

«Espero que no»

A los pocos minutos han descolgado la pancarta, que ha caído en la balconada, donde se ha dado cita cargo políticos e institucionales, además de un buen número de invitados. Entre ellos no estaba Javier Maroto, un viejo rostro de la política vasca, o, mejor dicho un nuevo rostro de la política castellana. Cuestionado por la posible presencia del nuevo senador, el parlamentario del PP ha respondido con tres palabras: «Espero que no».

Puede que Maroto, que hace tres cuatro meses se presentó a la elecciones con el lema «Por Vitoria y Álava siempre», se haya quedado en las fiestas de Sotosalbos, municipio de Segovia en el que se ha empadronado para poder ocupar un escaño en el Senado. Un asiento por el que percibirá un sueldo mensual de 8.840,88 euros.

Seguro  que Maroto sí estará en muchas de las pancartas (esta vez legales) de las cuadrillas de blusas y neskas, que tomarán mañana las calles de la capital alavesa para disfrutar hasta el día 9 de las fiestas de La Blanca. Unas fiestas que tienen tres patas. Tres programas festivos. El diseñado por el Consistorio, el que prepararan las propias cuadrillas, y el del movimiento popular, que el pasado viernes inauguró las txosnas del campus universitario con la entrega del Txosnisaria.