Adiós al cambio, a los números rojos y a la total desmemoria
Tras analizar ayer los avances en Educación, Sanidad, Derechos Sociales, Justicia e Interior, el balance de los hitos del cambio continúa hoy con Hacienda y Desarrollo Económico para ver hasta qué punto se logró dar vuelta a la situación. Asimismo se repasa la labor en el área de Cultura y los logros en materia de memoria.
Hace cuatro años, cuando se lograron los 26 escaños sin necesitar a los dos partidos que habían gobernado hasta entonces, se hablaba mucho del concepto «herencia envenenada». Y en Nafarroa había veneno para rato. El gasto suplementario que supuso el Plan Navarra 2012 y, sobre todo, la bajada en los impuestos electoralista e irresponsable que acordaron UPN y PSN dejaron a la Hacienda en números rojos. No solo la deuda se había desbocado, sino que no había tesorería como para afrontar el calendario de pagos. La crisis de Hacienda era también de credibilidad. La mala gestión del caso del IVA de VW así como las acusaciones de la directora general Idoia Nieves hacia la consejera Lourdes Goikoetxea por injerencias en favor de los clientes de su asesoría particular y el Opus Dei proyectaron una inestabilidad alarmante. Por eso, a la hora de retomar el balance al Gobierno de Uxue Barkos, hay que empezar con el trabajo de Mikel Aranburu.
El hombre del boli en el cajón
Cuando se tocan los temas fiscales, la izquierda y la derecha confrontan y prácticamente solo existe un punto de encuentro: acabar con el fraude fiscal. Y el Gobierno del cambio hizo algo tan insólito como sencillo: poner a un inspector fiscal al frente de Hacienda. Hasta ahora, se había optado siempre por gente venida de fuera, por asesores fiscales. Pero poner a expertos en evasión a dirigir la Hacienda se parece mucho a poner a un zorro al cuidado de las gallinas. Lo sucedido en estos cuatro años, parece prueba de ello. Las cifras que consiguió Aranburu en antifraude destacan aún más si se las compara con las de la Agencia Tributaria. En el resto del Estado, 2015 sigue siendo el año que más dinero se recaudó en concepto de lucha contra el fraude. En Nafarroa, en 2015 se recuperaron 106 millones y, en 2018, se alcanzaron los 178, más de un 70% más.
La primera tarea que hubo de acometer Aranburu fue subir los impuestos, para lo que se acentuaron criterios de progresividad. UPN se quejó de que en Nafarroa se pagaban más impuestos que en ninguna parte y, para las clases más pudientes, era cierto. De ahí que UPN tratara de convencer a la población de que una renta anual de más de 40.000 euros per cápita era clase media. Aun con todo, la reforma fiscal no fue tan al fondo como esperaba EH Bildu. De todos modos, probablemente el punto que alcanzó sea bastante más alto que el que fije gobierno que se forma esta semana. De hecho, no es descartable que el primer acuerdo que busque el Gobierno de Chivite con Navarra Suma sea volver a bajar las tasas (NA+, Geroa Bai y PSN lo llevan en su programa).
Más allá de la lucha antifraude y una política de tasas más justa y alta (y, por tanto, más consecuente con la situación de emergencia social en la que habían quedado importantes sectores de la población) el gran logro de Aranburu fue renegociar el pago del Convenio y demostrarle a Madrid que UPN les estaba pagando de más (Madrid tuvo que devolver 213 millones, además de aceptar que se les pagara cien millones menos al año de ahora en adelante). Aquello dejó una anécdota muy gráfica. Aranburu fue uno de los firmantes en Convenio Económico que rubricaron en los 90 Gabriel Urralburu y Josep Borrell, ya que él fue uno de los autores de los complejos cálculos matemáticos que se emplean para repartir los impuestos. A modo de obsequio, le regalaron el boli usado pra la firma. Cuando consiguió la rebaja (por la que Nafarroa se ahorra 600 millones en cinco años y que servirá de base a recálculos futuros), Aranburu buscó ese boli y volvió a firmar con él.
La memoria de la represión
La gran labor de Ana Ollo ha residido en el Departamento de Paz y Convivencia, en particular por la labor desempeñada por Josemi Gastón en materia de memoria histórica. El esfuerzo destinado a las excavaciones en busca de cuerpos de desaparecidos y la creación del Banco de ADN para identificarlos ha sido el mayor de todo el Estado. Frente a otras comunidades que se buscan desaparecidos a petición de familias, Nafarroa lo hace con método. Hay un plan para exhumar todos los restos localizables.
No solo se exhuman restos, sino que se han establecido la catalogación de «lugar de memoria» a parques de Sartaguda y Larraga, fosas comunes, etc. Y no solo se ha señalizado lo existente, sino que se han dado pasos como la creación de nuevos puntos referenciales, la reconstrucción de barracones de esclavos o la realización de una ruta GR desde Ezkaba a Urepel siguiendo el recorrido de la famosa fuga. A la par, surgió también el rompedor programa de Escuelas con Memoria, donde los menores acuden a las excavaciones en busca de desaparecidos, entre otras materias y que ha llamado tanto la atención que ha fomentado intercambios escolares con otros países que quieren ver in situ cómo fue la represión fascista. Como último apunte, se llevó a cabo un censo en busca de la eliminación de todos los símbolos de exaltación franquista.
Desatasco del mapa local
En estos cuatro años, también se desatascó el nudo del Mapa Local. Esto permitirá racionalizar el gasto público a través de una estructura más lógica por comarcas que sustituirá las más de 60 mancomunidades. La labor ha sido colosal. En las últimas décadas había habido distintas intentonas, todas fallidas y ninguna realizada mediante un proceso participativo tan intenso con los ayuntamientos. Aun así, el PSN (que en su día apostó por acabar con los concejos) lleva en su programa eliminarlo. Pero es una de las promesas de las que parece desdecirse.
El otro gran hito del Departamento ha estado en la ley pionera en torno a los residuos, que era la más avanzada del Estado. Si bien, acabó entrometiéndose el PSOE estatal, que recurrió la ley ante el Constitucional. Por desgracia para Nafarroa, el TC le dio la razón. Así, habrá que esperar todavía más para que la prohibición de vajillas de plástico, pajitas y demás acabe por aplicarse.
El Departamento de Medio Ambiente, asimismo, hubo de lidiar con problemas graves. En particular, el generado por el Canal de Navarra, cuya propiedad se reparten el Gobierno navarro (40%) y el Estado (60%). La infraestructura solo genera pérdidas y la comunidad de regantes ve inasumible afrontarlas. Por eso, el Estado estuvo a punto de romper la baraja cansado de asumir la mayor parte del desfase. Se logró parar aquello y, a futuro, se optó por un replanteamiento de la infraestructura (ya no será un canal abierto, sino túneles soterrados).
Desarrollo económico
Los ratios macroeconómicos son en los que suele refugiarse el actual Gobierno, que gusta de venderse como gran gestor. Nafarroa mantiene un diferencial en positivo con respecto al resto del Estado en crecimiento económico y prácticamente todos los indicadores lo corroboran. Y eso, pese a que los cambios en política fiscal que emprendió Aranburu, siempre venían con profecías apocalípticas de todo pelo. Sin embargo, las empresas no solo no huyeron, sino que el entorno empresarial ganó solidez y empezaron a sucederse buenas noticias. En particular, destaca la llegada de dos nuevos modelos de coche a Landaben apuntalando la continuidad de la mayor fábrica de Nafarroa en plena la crisis del sector del automóvil.
Muy significativo también es que Sodena consiguiera enlazar Nafarroa por avión con el aeropuerto de Fráncfort, uno de los hubs más importantes de Lufthansa. Los viajes arrancaron con pocos vuelos y se han ido ampliando y el grueso de los viajeros son por motivos empresariales. Gracias a esto, Iruñea está mejor colocada a nivel europeo. Y con la ventaja añadida de que el aeropuerto aleja la amenaza de cierre.
El cine, la otra gran apuesta
La gran apuesta cultural en Nafarroa de estos años has sido el cine. La idea radicó en las competencias fiscales, inspiradas en lo que ya había hecho la Hacienda vizcaína, de modo en que se hizo una especie de agujero fiscal para atraer rodajes y afincar empresas del mundo audiovisual. En 2018, por ejemplo, se rodaron en Nafarroa 95 películas, un 25% más que el año anterior. Y también ha llegado una empresa de animación, que está elaborando ahora mismo un reportaje sobre los “Mosqueperros”, una serie de dibujos de gran éxito durante la década de los 80. Según explicó a GARA Javier Lacunza, no todas las empresas que vienen a rodar a Nafarroa se acaban acogiendo a los beneficios fiscales, pero las productoras de cine siempre barajan los escenarios navarros como opción por este motivo. Cierto es que este tipo de exenciones fiscales han generado, en ocasiones, problemas de competencia a nivel europeo. Sin embargo, en el caso concreto de la Cultura esto no sucede, dado que en el Estado las ayudas a la Cultura son tan bajas que ni con tratamiento fiscal más favorable se obtienen ventajas competitivas.
En definitiva, estos cuatro años han servido para poner en práctica apuestas dispares. Con algunos éxitos notorios. A la hora de entender por qué María Chivite –la misma que votó en 2011 en favor de un gobierno de coalición entre UPN y PSN, y que dimitió como edil en Eguesibar para que la moción de censura en la que participaba EH Bildu no le salpicara– se haya decidido a romper con Navarra Suma, hay que tener en cuenta todas estas medidas. A partir de ahí, claro está, habrá división de opiniones. Unos pensaran que han cambiado pocas cosas. Otros creerán que han cambiado muchas. Y otros podrán pensar que ese gobierno lo cambió políticamente todo. El tiempo lo dirá.