El presidente estadounidense, Donald Trump, no deja de sacar partido de cada hecho, por muy dramático y contrario a sus políticas que resulte. Señalado tras las matanzas de Texas y Ohio (30 fallecidos) por alentar constantemente el odio a los inmigrantes, Trump ha desviado la atención hoy primero hacia la prensa, con un mensaje en Twitter en el que liga estas masacres con «noticias falsas», y después ha aprovechado para lanzar un mensaje a la nación que plantea recrudecer la pena de muerte.

Trump ha desvelado que ha ordenado al Departamento de Justicia «que proponga legislación para que aquellos que cometan crímenes de odio y asesinatos en masa hagan frente a la pena de muerte».

Plantea además que la pena capital se aplique con mayor celeridad que hasta la fecha.

En cualquier caso, Donald Trump sigue insistiendo en que estos casos obedecen básicamente a problemas «de salud mental», combinados con el odio, del que no se siente responsable y que vincula en gran parte a los medios de difusión.

«Debemos reconocer que Internet ha supuesto un lugar peligroso para radicalizar, alterar y llevar a cabo actos dementes. Debemos iluminar las zonas oscuras de Internet y detener los asesinatos en masa antes de que empiecen», ha añadido Trump.